El ex consejero delegado, y otros tres acusados que eran ingenieros, fueron imputados en 2020 por su papel en el escándalo después de que el grupo matriz Volkswagen y Audi admitieran en 2015 haber utilizado software ilegal para hacer trampas en las pruebas de emisiones.

El presidente del tribunal, Stefan Weickert, dijo que Stadler, el ex ejecutivo de Audi Wolfgang Hatz y un ingeniero llamado Giovanni Pamio podrían enfrentarse a penas de prisión, que sólo se suspenderían "en caso de confesión plena". En el caso del cuarto acusado, también ingeniero, el tribunal no vio indicios significativos de delito.

El fraude se castiga con hasta 10 años de cárcel según la legislación alemana. Se espera un veredicto en los próximos meses.

El juicio es uno de los procedimientos judiciales más destacados tras el escándalo de los motores diésel de Volkswagen y su filial Audi. Las revelaciones de que millones de pruebas de emisiones habían sido manipuladas surgieron en septiembre de 2015.

Según los fiscales, los tres ingenieros manipularon los motores de tal forma que cumplían los valores legales de emisiones de gases de escape en el banco de pruebas, pero no en la carretera. Stadler está acusado de no detener la venta de los coches manipulados tras conocerse el escándalo.

El tribunal dijo que no veía pruebas que corroboraran los otros cargos contra los acusados: implicación indirecta en la falsificación de documentos y publicidad falsa vinculada a los niveles ilegales de contaminación de sus coches.