En su intervención en un evento organizado por la gestora de activos 1618 Investimentos, se refirió a esta situación como un "desanclaje gemelo" que debe abordarse.

Por un lado, el mercado no cree que el banco central vaya a reducir la inflación hasta el objetivo del 3% en los próximos años. Por otro, proyecta un déficit primario para 2024 del 0,8% del producto interior bruto (PIB), mientras que el objetivo del gobierno es eliminarlo para el año que viene, dijo Campos Neto.

"Existe una relación entre estos dos desanclajes. Es decir, hay que anclar lo monetario y anclar lo fiscal. Hacer una cosa sin hacer la otra es muy difícil, puede ser costoso y puede que no se consiga", añadió.

Aunque reconoció la mejora de los precios al consumo en Brasil, señaló que las lecturas de la inflación siguen estando por encima del centro del objetivo, mientras que las expectativas de inflación son superiores a los objetivos oficiales.

"Tenemos trabajo por hacer", afirmó.

El gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva tiene que aumentar "mucho" los ingresos para cumplir el objetivo fiscal según lo previsto, señaló Campos Neto, que pronosticó una mejora de las expectativas fiscales a medida que se aprueben en el Congreso medidas fiscales que aumenten los ingresos.

El banco central de Brasil inició un ciclo de relajación en agosto y la semana pasada recortó el tipo de interés de referencia otros 50 puntos básicos, hasta el 12,75%. Antes de eso, los responsables políticos habían mantenido los tipos estables durante casi un año para combatir la inflación.