Apenas digeridas las elecciones legislativas francesas, los inversores volvieron a centrarse en la política monetaria estadounidense y seguían intentando anticipar la fecha de la primera bajada de tipos. A ello contribuyó la publicación del índice de precios al consumo. 
En junio, el IPC se situó por debajo de las expectativas, en el -0,1% mensual frente a una previsión del +0,1%, y en el +3,0% anual frente a una estimación del +3,1%. El IPC subyacente, excluidos los componentes alimentarios y energéticos, también se situó 0,1 puntos por debajo de las previsiones. 
Los bonos se vieron inmediatamente afectados, y la rentabilidad a 10 años cayó hasta el 4,16%. La fiesta aún no ha terminado, ya que seguimos previendo una caída hacia el 4,06/00%, con el dólar llevándose la peor parte y el euro recuperándose. 
 
Ha conseguido superar su primera resistencia en 1,0790/1,0810, que ahora actúa como soporte al alza, invalidando la estructura bajista a corto plazo y abriendo al mismo tiempo el camino hacia 1,0980/1,1004.