La inflación se está relajando y el mercado laboral ha vuelto a la situación "tensa pero no sobrecalentada" que se observaba antes de que la pandemia de COVID-19 sumiera a la economía estadounidense en el caos, afirmó el viernes la Reserva Federal en un informe del Congreso que documentaba la constante aparición de condiciones más normales tras la crisis sanitaria.

"La inflación se suavizó notablemente el año pasado y ha mostrado un modesto progreso adicional en lo que va de año", dijo la Reserva Federal en su último Informe de Política Monetaria al Congreso, señalando que en el área clave de los servicios de la vivienda es probable que sea sólo cuestión de tiempo antes de que el ritmo de aumento de los precios se asiente de nuevo donde estaba antes de la crisis sanitaria.

El mercado laboral, por su parte, "ha seguido reequilibrándose durante el primer semestre de este año", señala el informe. "La demanda de mano de obra se ha relajado, ya que las ofertas de empleo han disminuido en muchos sectores de la economía, y la oferta de mano de obra ha seguido aumentando, apoyada por un fuerte ritmo de inmigración".

"El equilibrio entre la demanda y la oferta de mano de obra parece similar al del periodo inmediatamente anterior a la pandemia, cuando el mercado laboral estaba relativamente tenso pero no recalentado. El crecimiento de los salarios nominales siguió ralentizándose", señala el informe.

El informe semestral al Congreso se produce antes de dos días de testimonio del presidente de la Fed, Jerome Powell, previstos para el martes y el miércoles de la próxima semana, que probablemente se centrarán en los planes de la Fed para la política monetaria de cara a una delicada temporada electoral.

El crecimiento del empleo se ha ralentizado, y la tasa de paro ha subido de forma constante desde el 3,5% del pasado julio hasta el 4,1% de junio. La inflación se mantiene en torno al 2,6% según el índice de precios de los gastos de consumo personal preferido por la Fed, todavía considerado "elevado" por los responsables políticos, pero acercándose a un punto en el que puede que ya no sea así.

El jueves se publicarán nuevos datos sobre la inflación, y si las presiones sobre los precios siguen suavizándose puede que los responsables de la Fed abran al menos la puerta a recortes de los tipos de interés ya en septiembre, una decisión que Powell y sus colegas dicen que se basará únicamente en la economía de la situación, no en cómo afecta a las perspectivas políticas de cualquiera de los partidos.

Sin embargo, es probable que tanto demócratas como republicanos interroguen a Powell precisamente sobre esa cuestión.

En su última reunión de política monetaria, celebrada en junio, la Reserva Federal mantuvo los tipos de interés sin cambios entre el 5,25% y el 5,50%, y las nuevas proyecciones de los responsables políticos les mostraron reduciendo las expectativas de recortes de tipos este año de tres a sólo uno. Sin embargo, los mercados financieros y algunos responsables políticos siguen esperando que la Fed realice dos recortes de un cuarto de punto cada uno para finales de año.

Varios congresistas demócratas ya han estado acosando a Powell por los elevados tipos, quejándose de que están exacerbando la ya de por sí escasa asequibilidad de la vivienda para los hogares de ingresos bajos y medios. Los republicanos, por su parte, se han mostrado críticos con la respuesta inicialmente lenta de la Reserva Federal a la inflación y podrían reprender a Powell por cualquier indicio de que pueda bajar los tipos antes de las elecciones de noviembre.