Eso es según un alto funcionario estadounidense y otras dos fuentes de Reuters.

Al parecer, las sesiones informativas clasificadas formaban parte de un movimiento de Washington para preparar a los proveedores de infraestructuras críticas para posibles ciberataques.

Kaspersky, con sede en Moscú, fue fundada por el ex oficial de inteligencia ruso Eugene Kaspersky.

Fabrica algunos de los programas antivirus más populares.

En un comunicado, una portavoz de la compañía dijo que los comentarios de Estados Unidos no eran apropiados ni justos.

Ya en 2017, el propio Kaspersky fue categórico al afirmar que su empresa no se confabularía con los espías:

"Nunca y si el gobierno ruso viene a mí y me pide que haga algo malo, o a mis empleados, trasladaré el negocio fuera de Rusia".

Un funcionario estadounidense dijo que Washington temía que el personal de Kaspersky pudiera ser presionado para proporcionar acceso a los ordenadores de los clientes.

El 25 de marzo, la Comisión Federal de Comunicaciones añadió a la empresa a su lista de posibles riesgos de seguridad.

No está claro si un incidente específico provocó las últimas reuniones informativas.