La ciudad portuaria de Mariupol, que tenía una población de más de 400.000 habitantes antes de la guerra, es un objetivo clave para Rusia en su aparente intento de crear un puente terrestre entre la península de Crimea, que Rusia arrebató a Ucrania en 2014, y las regiones separatistas prorrusas del este de Ucrania.

Denis Pushilin, jefe de la autodenominada República Popular de Donetsk (RPD), dijo en la televisión rusa que "unos 140.000 abandonaron Mariupol... tanto hacia la RPD como hacia Rusia", informó Interfax.

No hubo manera de verificar la declaración de Pushilin. Ucrania ha acusado previamente a Moscú de obligar a los residentes de Mariupol a dirigirse a territorio rebelde respaldado por Rusia en contra de su voluntad.

El presidente ruso Vladimir Putin reconoció a la RPD y a la adyacente República Popular de Luhansk como estados independientes tres días antes de enviar tropas a Ucrania el 24 de febrero.

Moscú afirma que uno de los objetivos de su campaña militar es "liberar" lugares mayoritariamente rusoparlantes como Mariupol de la amenaza de genocidio por parte de lo que llama nacionalistas ucranianos y nazis.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy -él mismo de lengua rusa- ha rechazado esas afirmaciones, diciendo que son sólo un pretexto para la invasión rusa.

La oficina del alcalde estimó el lunes que casi 5.000 personas habían muerto en Mariupol desde el comienzo del asedio y que unas 170.000 personas seguían atrapadas entre las ruinas sin comida, calefacción, electricidad o agua corriente después de que 290.000 se marcharan.

Los corredores de evacuación seguros sólo han funcionado esporádicamente en el mejor de los casos.