El yate de 58,5 metros de eslora y de construcción holandesa, llamado Phi, fue retenido en el distrito financiero de Canary Wharf, en Londres, en virtud de las sanciones impuestas por el gobierno a Rusia, siendo la primera vez que se utilizan estas normas para detener un barco.

El gobierno dijo que el Phi era propiedad de un empresario ruso, aunque no reveló su identidad, pero dijo que la propiedad del barco estaba "deliberadamente" oculta, ya que la empresa a la que está registrado el barco tiene su sede en San Cristóbal y Nieves, y el barco lleva bandera maltesa.

La Agencia Nacional del Crimen (NCA) dijo que el propietario del barco no había sido sancionado en Gran Bretaña, pero que, según la ley, un barco que sea propiedad de personas relacionadas con Rusia, o que esté controlado, fletado u operado por ellas, podría ser objeto de detención.

El yate, que cuenta con una piscina de agua dulce y lo que describió como una "bodega infinita", fue construido por los constructores navales Royal Huisman.

Gran Bretaña, junto con sus aliados internacionales, ha introducido oleadas de sanciones a instituciones, empresas y élites adineradas, buscando paralizar la economía rusa y castigar a quienes tienen vínculos con el Kremlin por la invasión de Ucrania.