El recién nombrado ministro turco de Finanzas, Mehmet Simsek, declaró el domingo que el país no tiene más remedio que volver a un "terreno racional" para garantizar la previsibilidad de la economía.

El presidente Tayyip Erdogan nombró a Simsek miembro de su gabinete el sábado para hacer frente a la crisis del coste de la vida en Turquía y a otras tensiones, en una clara señal de que su recién elegido gobierno volvería a políticas económicas más ortodoxas.

En una ceremonia de traspaso de poderes, Simsek afirmó que el principal objetivo del nuevo gobierno será aumentar el bienestar social.

"La transparencia, la coherencia, la previsibilidad y el cumplimiento de las normas internacionales serán nuestros principios básicos para lograr este objetivo", declaró Simsek.

"Turquía no tiene otra opción que volver a un terreno racional. Una economía turca basada en normas y previsible será la clave para alcanzar la prosperidad deseada."

La estabilidad macrofinanciera en un entorno de crecientes desafíos globales y tensiones geopolíticas será una prioridad, afirmó.

"Establecer una disciplina fiscal y garantizar la estabilidad de los precios para lograr un alto crecimiento sostenible serán nuestros principales objetivos", afirmó.

Simsek, que fue muy apreciado por los mercados financieros cuando fue ministro de Finanzas y luego viceprimer ministro entre 2009 y 2018, afirmó que otra prioridad será reducir la galopante inflación de Turquía a un solo dígito.

"Es vital para nuestro país volver a reducir la inflación a un solo dígito a medio plazo, aumentar la previsibilidad en todos los ámbitos y acelerar la transformación estructural que reducirá el déficit por cuenta corriente", afirmó.

La inflación anual de los precios al consumo en Turquía alcanzó el año pasado un máximo de 24 años por encima del 85%, y se situó en abril en el 44%.

Las políticas fiscales y las reformas estructurales apoyarán al banco central de Turquía para ayudar a reducir la inflación, afirmó también Simsek.

La política del banco central de estabilizar la lira envió sus reservas netas de divisas a territorio negativo el mes pasado por primera vez desde 2002.

La lira alcanzó nuevos mínimos históricos por encima de 20 por dólar tras la segunda vuelta de las elecciones del 28 de mayo. Perdió más del 90% de su valor en la última década tras una serie de desplomes, el peor a finales de 2021.

Goldman Sachs ve a la lira deslizándose hasta los 28,00 frente al dólar en 12 meses.