La lira alcanzó los 21,1 por dólar, no muy lejos de un mínimo histórico de 21,8 alcanzado la semana pasada.

Simsek, de 56 años, se ganó la confianza de los mercados durante sus mandatos como ministro de Finanzas y viceprimer ministro entre 2009 y 2018. El domingo dijo que el país no tiene más remedio que volver a un "terreno racional".

Su nombramiento se considera una señal de que el recién elegido gobierno del presidente Tayyip Erodogan se está alejando de los recortes poco ortodoxos de los tipos de interés ante la elevada inflación que lanzó a la lira a una larga caída.

"La esperanza es que él (Simsek) pueda instigar la tan necesaria ortodoxia económica y comprometerse con el mercado de forma más eficaz", dijo Mohammed Elmi, gestor senior de carteras de renta fija de mercados emergentes en Federated Hermes.

La inflación anual de los precios al consumo en Turquía alcanzó el año pasado un máximo de 24 años, por encima del 85%, y se situó en abril en el 44%, en una señal de que era necesario un mayor endurecimiento monetario, según Elmi.

"Un simple retorno a una política económica creíble podría suponer un cambio notable en el atractivo inversor de Turquía", afirmó.

"Las perspectivas a largo plazo para Turquía siguen siendo muy positivas... una población joven, una clase media floreciente y un país que ocupa una ubicación estratégica clave, tiene una serie de factores a su favor".