La administración del presidente Joe Biden ha pedido a las compañías energéticas estadounidenses que preparen declaraciones juradas documentando cómo las políticas proteccionistas de México perturbaron sus inversiones, mientras Washington se prepara para escalar una disputa comercial con su vecino, según tres personas familiarizadas con las discusiones.

La solicitud de declaraciones juradas a las principales empresas petroleras y de energías renovables de Estados Unidos representa la señal más reciente y clara de que la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) planea buscar un panel independiente de solución de controversias en el marco del pacto comercial Acuerdo Estados Unidos México Canadá, o USMCA.

Las medidas del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para hacer retroceder las reformas destinadas a abrir los mercados eléctricos y petroleros de México a los competidores extranjeros desencadenaron en última instancia la disputa comercial.

Las empresas estadounidenses de energía y electricidad, como Chevron y Marathon Petroleum, que pretendían expandirse en México, se han quejado de que se les han denegado permisos y solicitudes sencillas en decisiones que favorecían a la petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la empresa eléctrica nacional Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Es probable que Estados Unidos busque un panel de controversias antes de fin de año si las conversaciones sobre el tema siguen estancadas, y las declaraciones juradas representan pruebas que se incluirían en la solicitud del panel, dijeron las fuentes. Si ese panel falla en contra de México y éste no toma medidas correctivas, Washington podría finalmente imponer miles de millones de dólares en aranceles de represalia a los productos mexicanos.

Las personas pidieron no ser nombradas porque no están autorizadas a hablar públicamente sobre el asunto.

Las medidas se suman a un significativo empeoramiento de las relaciones comerciales entre Washington y Ciudad de México, incluso a medida que crece su integración económica. En agosto, el USTR solicitó a un panel de solución de diferencias del USMCA que interviniera en un desacuerdo sobre las restricciones impuestas por México a las importaciones de maíz genéticamente modificado. En la actualidad, México compra anualmente maíz transgénico estadounidense por valor de unos 5.000 millones de dólares, en su mayor parte para la alimentación del ganado.

Al igual que las políticas energéticas, Washington argumenta que prohibir el maíz transgénico para consumo humano y animal viola las obligaciones de México en virtud del pacto comercial.

Obrador es visto como un gran obstáculo para resolver ambas disputas, ya que considera que la energía y el maíz son importantes para la identidad nacional mexicana.

Un portavoz del USTR declinó hacer comentarios.

La Secretaría de Economía de México, en respuesta a una solicitud de comentario de Reuters, dijo que no tenía información al respecto.

La Casa Blanca ha esperado evitar una escalada de las tensiones comerciales energéticas con México mientras buscaba ayuda en materia de inmigración y narcotráfico, pero las conversaciones que comenzaron el año pasado han avanzado poco. Elevar las apuestas en la disputa conlleva un riesgo significativo para Biden, quien enfrentará críticas republicanas por su manejo de la inmigración y el narcotráfico mientras busca la reelección en 2024.

México superó a Canadá y China para convertirse en el mayor socio comercial de bienes de EE.UU. en la primera mitad de 2023, alcanzando un comercio total de 396.600 millones de dólares para el periodo, a medida que crece la producción automotriz de México y otras empresas estadounidenses trasladan las cadenas de suministro de China más cerca de casa.

En 2022, México tuvo un superávit comercial de bienes de 130.500 millones de dólares con Estados Unidos. Está en camino de más que duplicar el superávit de 69.000 millones de dólares de 2017, cuando el ex presidente Donald Trump lanzó una renegociación del TLCAN tras amenazar con abandonar el pacto, alegando que estaba drenando empleos manufactureros estadounidenses.

PANEL DE DISPUTAS

Al buscar un panel de solución de controversias, el USTR estaría esencialmente renunciando a las negociaciones, recurriendo en su lugar a una forma de litigio creada en la reforma de 2020 del antiguo Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Según las normas de solución de diferencias del USMCA, en un plazo de 30 días debe convocarse un panel de cinco personas, elegidas de una lista de expertos preaprobados, con un presidente elegido conjuntamente y la parte estadounidense eligiendo a dos panelistas mexicanos y México a dos panelistas estadounidenses. El panel revisará testimonios y escritos y su informe inicial deberá presentarse 150 días después de su convocatoria.

El año pasado, uno de estos paneles falló a favor de Washington en una disputa sobre las cuotas lácteas canadienses, y en contra de EE.UU. sobre las normas de origen del sector del automóvil, poniéndose del lado de México y Canadá.