El USDA fijó el rendimiento del maíz estadounidense en 174,9 bushels por acre, por encima de los 173 del mes pasado y por encima de casi todas las estimaciones, que de media preveían un ligero aumento. Fue el rendimiento de maíz más bajista en un informe de noviembre desde 2017.
Eso provocó que los futuros de maíz CBOT de diciembre marcaran un nuevo mínimo de la cosecha de 4,66 dólares y medio por bushel, eliminando el mínimo anterior que se había mantenido desde el 19 de septiembre.
El impacto sobre las existencias finales de maíz estadounidense para 2023-24 no fue tan intenso como podría haber sugerido la cosecha récord, ya que el USDA realizó un notable ajuste al alza en el uso. Seis de los 21 analistas encuestados antes del informe esperaban unas existencias superiores a la cifra de 2.156 millones de bushel.
Puede haber margen para una demanda de maíz estadounidense aún mayor. Los suministros totales de maíz estadounidense para 2023-24 se ven con un aumento del 10% en el año, la mayor subida en siete años, pero el uso total sólo sube un 5%. Las relaciones históricas sugieren que el uso debería aumentar entre un 8% y un 9%, lo que podría suponer hasta 500 millones de bushels.
Sin embargo, el uso no tiene por qué seguir el ritmo de los suministros, como ocurrió tanto en 2014-15 como en 2016-17, donde los grandes aumentos interanuales de las existencias de maíz estadounidense no lograron generar una demanda igualmente impresionante. Los futuros del maíz en esos dos años se mantuvieron por encima de los mínimos de noviembre durante muchos meses después, lo que quizá contribuyó a que la demanda fuera relativamente menor.
El tiempo en Brasil podría desempeñar un papel importante en la evolución de la demanda de maíz estadounidense este año, especialmente en las exportaciones, ya que el tiempo seco en estados centrales clave ha dificultado la siembra y el desarrollo de la soja. Eso podría repercutir negativamente en la segunda producción de maíz de Brasil, como ocurrió tras El Niño de 2015-16, desviando la demanda de maíz hacia Estados Unidos.
El USDA dejó este mes la cosecha de soja de Brasil para 2023-24 sin cambios en 163 millones de toneladas métricas, pero elevó la cosecha anterior en 2 millones de toneladas hasta 158 millones, lo que sugiere que las exportaciones están superando las expectativas de la cosecha anterior. Eso casi siempre implica también un recorte de la demanda de exportación de soja estadounidense.
Las exportaciones de soja de EE.UU. se mantuvieron sin cambios en 1.755 millones de bushels a pesar de un rendimiento ligeramente superior, que estaba dentro del rango de las expectativas. Sin embargo, el USDA ha anunciado 2,85 millones de toneladas (105 millones de bushels) de ventas de soja estadounidense en lo que va de semana, principalmente a China y a destinos desconocidos.
Eso debería hacer que el próximo volumen semanal de ventas de exportación de soja desafíe a un máximo histórico, aunque puede que no sitúe las ventas globales lo suficientemente por encima del ritmo como para justificar un aumento de las exportaciones todavía.
La previsión de existencias mundiales de soja del USDA fue inferior a lo esperado, pero la gran cosecha de maíz estadounidense y el mayor rendimiento de la soja pincharon el último repunte de la soja CBOT, que alcanzó máximos de dos meses.
La demanda y el clima sudamericano tendrán que ser el foco de atención de los toros de cara al futuro, ya que no está garantizado que las cosechas estadounidenses den grandes sorpresas de aquí en adelante. No hay una buena relación entre los mayores rendimientos del maíz y la soja en noviembre y la impresión final de enero, pero el maíz tiene más margen de error dada la cosecha récord. Karen Braun es analista de mercados de Reuters. Las opiniones expresadas anteriormente son suyas.
