CIUDAD DE MÉXICO, 1 dic (Reuters) - Una iglesia histórica de la Ciudad de México se convirtió en el refugio para migrantes más grande de la capital, con cientos de colchonetas apiladas en su interior y una creciente ciudad de tiendas de campaña apiñada a su alrededor, donde muchos esperan noticias antes de reanudar su arriesgado viaje hacia el norte.

El ruidoso e improvisado centro de migrantes, ubicado a pocas cuadras de las oficinas del presidente en el centro de la ciudad, es la señal más reciente de los problemas de México para manejar una migración récord proveniente de toda América Latina.

El sacerdote activista de la iglesia católica abrió hace años sus puertas y su espaciosa nave a las personas sin hogar o marginadas, incluidos los drogadictos y las trabajadoras sexuales.

Pero últimamente, el número de inmigrantes ha aumentado a más de 3.000 en una noche récord hace dos semanas (1.300 dentro y otros 2.000 afuera en tiendas de campaña) a medida que se corrió la voz sobre este espacio seguro.

La iglesia es una estación de paso para los migrantes, mientras la mayoría espera citas impredecibles con agentes fronterizos estadounidenses a través de una aplicación de teléfono móvil.

En un cambio de política, Estados Unidos ahora dice que los migrantes deben registrarse para citas en la aplicación para acercarse a un puerto de entrada legal o enfrentar mayores restricciones para solicitar asilo, en un intento por reducir los cruces ilegales.

"El camino ha sido bien difícil. En mi país vives siempre con tu crisis económica, falta trabajo, muchas empresas han cerrado, sufrimos los huracanes, también hay pandillas", dijo la hondureña Eva Álvarez, quien esperaba en la fila al costado de la iglesia antes de la cena, junto con sus hijos Dominick, de 8 años, y Eyder, de 12 años.

Hace unos dos meses abandonaron su hogar en San Pedro Sula, la segunda ciudad más grande de Honduras conocida por su industria y violencia, y han estado en la Ciudad de México unas tres semanas. "Mi meta es por el momento quedarme aquí y pedir mi cita en la app", señaló.

En agosto, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) dijo que más de dos tercios de los inmigrantes que habían buscado una cita para defender su caso de entrada la consiguieron "en menos de ocho semanas". No compartió los tiempos de espera generales y no está claro si se han alargado o acortado desde entonces.

La espera se da mientras los agentes fronterizos estadounidenses registraron la mayor cantidad de detenciones en los 12 meses que terminaron en septiembre, con 2,4 millones, más que cualquier otro período de un año registrado, debido a los crecientes desplazamientos en todo el mundo.

Entre las filas de tiendas de campaña afuera de la iglesia de Nuestra Señora de la Soledad, del siglo XVII, con cúpula roja y una de las más antiguas de México, estallan celebraciones espontáneas cuando se confirman las citas en la aplicación.

Al llegar a la iglesia a principios de esta semana, el migrante venezolano Alejandro Urbina, de 30 años, explicó cerca de su tienda que inicia sesión en la aplicación todos los días.

"Bueno, eso es a la suerte", dijo Urbina, de pie junto a su pastora belga Trixy, a quien atribuye un video viral en TikTok que publicó después de cruzar el Tapón del Darién que separa a Colombia de Panamá hace unos cuatro meses.

El sueño de Urbina es llegar a Nueva York y trabajar como adiestrador de perros.

El sacerdote Benito Torres explicó que lo que lo motiva es el imperativo cristiano de ayudar a los más vulnerables, pero también espera que el gobierno mexicano haga más. "El problema es que estamos sobrepoblados, y pareciera que el gobierno lo sabe, pero no vemos una reacción", señaló.

(Reporte de David Alire García; Editado en español por Javier Leira)