Pero para muchos científicos estos dos diminutos cuerpos momificados con cabezas alargadas y tres dedos en cada mano, cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo esta semana al ser presentados ante el Congreso de México, son una proeza ya desmentida, quizá criminal.

En la oficina de Maussan, en el distrito de negocios de Santa Fe, en México, miembros del personal llevan con cuidado las dos cajas cerradas con tapas de cristal que contienen los cuerpos a un estudio con pantalla verde, al que Reuters tuvo acceso exclusivo el viernes.

Todos se apiñan para ver mejor. Los cuerpos parecen antiguos y comparten características con los humanos: dos ojos, una boca, dos brazos, dos piernas. Maussan afirma que fueron encontrados alrededor de 2017 en Perú, cerca de las líneas precolombinas de Nazca.

Dice que puede demostrar que no se parecen a nada conocido en la Tierra. En las redes sociales y en la audiencia, compartió análisis científicos y resultados de estudios que, según él, prueban que los cuerpos tienen unos 1.000 años de antigüedad y no están relacionados con ninguna especie terrestre conocida.

Se descubrió que uno de ellos, descrito por Maussan como una hembra, contenía huevos en su interior, dijo.

"Es lo más importante que le ha ocurrido a la humanidad", dijo Maussan, de 70 años, sobre su cruzada para dar a conocer los hallazgos, sentado en su despacho, muy decorado con coloridas obras de arte y parafernalia de temática alienígena.

"Creo que este fenómeno es el único que nos da la oportunidad de unirnos", añadió.

A Elsa Tomasto-Cagigao, una respetada bioantropóloga peruana, le frustra que se siga dando publicidad a tales afirmaciones, citando supuestos hallazgos similares que resultaron ser fraudes.

"Lo que dijimos antes sigue en pie, están presentando el mismo refrito de siempre y si hay gente que sigue creyendo eso, qué le vamos a hacer", dijo por teléfono. "Es tan burdo y tan simple que no hay nada más que añadir".

Hallazgos anteriores de este tipo han sido descartados por la comunidad científica como momias mutiladas de niños prehispánicos, a veces combinadas con trozos de partes de animales.

David Spergel, ex director del departamento de astrofísica de la Universidad de Princeton y presidente de un informe de la NASA sobre fenómenos anómalos no identificados, afirmó el jueves que tales muestras deberían ponerse a disposición de la comunidad científica mundial para su comprobación.

EL ENIGMA DE LAS PRUEBAS

Maussan compartió en las redes sociales y en su presentación los resultados de las pruebas de ADN y datación por carbono que dijo haber encargado sobre "los seres".

Un científico mexicano, a petición de Reuters, revisó los resultados y concluyó que indicaban la existencia de vida normal en la Tierra.

Sin embargo, Maussan dijo a Reuters el viernes que los resultados de las pruebas no estaban directamente relacionados con los dos cuerpos que mostró al Congreso esta semana. De hecho, dijo, se realizaron en un cuerpo totalmente distinto, conocido como Victoria, que permanece en Perú.

"Fueron encontrados en el mismo lugar. Tienen el mismo aspecto físico, son iguales", dijo Maussan sobre Victoria y los dos cuerpos que presentó en México. No se hicieron pruebas a esos dos cuerpos para evitar dañarlos, dijo.

Maussan no es ajeno a la polémica. Ha hecho afirmaciones sobre otros restos en el pasado que han sido ampliamente criticadas. Participó en un documental de televisión de 2017 sobre otros restos hallados cerca de las Líneas de Nazca, del que expertos como Tomasto-Cagigao y el paleontólogo Rodolfo Salas-Gismondi han dicho que parecía presentar momias manipuladas.

Ahora, ha enfadado a las autoridades peruanas.

La ministra peruana de Cultura, Leslie Urteaga, ha cuestionado cómo salieron de Perú los especímenes, que según ella eran objetos prehispánicos, y dice que se ha presentado una denuncia penal.

"No estoy preocupada. No he hecho absolutamente nada ilegal", dijo Maussan.

Cómo llegaron los cuerpos a México es una pregunta que dice no poder responder. Prestados por Maussan para la audiencia, están en posesión de un hombre mexicano, que estuvo en el despacho de Maussan el viernes y que declinó ser identificado.

Cuando se le preguntó cómo habían llegado a su poder los cadáveres, a los que llamó Clara y Mauricio, el hombre sólo respondió que lo revelaría todo "en el momento oportuno".

José de Jesús Zalce Benítez, director del Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud de la Secretaría de Marina, participó en la audiencia del Congreso, reforzando las afirmaciones de Maussan. Ahora, reunido con él en su despacho, explicó con calma su interpretación de la ciencia.

"Basándonos en las pruebas de ADN, que se compararon con más de un millón de especies... no están relacionadas con lo conocido o descrito hasta este momento por la ciencia o por el conocimiento humano", dijo.

Julieta Fierro, la científica del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que revisó los resultados de las pruebas de Maussan para Reuters, ve mucho menos misterio en los datos.

Dijo que la presencia de carbono-14 en los estudios realizados por la UNAM prueba que las muestras estaban relacionadas con tejidos cerebrales y cutáneos de diferentes momias que murieron en épocas distintas.

La proporción del isótopo radiactivo carbono-14 que absorben los organismos vivos en sus tejidos decae con el tiempo, lo que permite a los científicos determinar el año aproximado de la muerte del espécimen.

En otros planetas, la cantidad de carbono-14 en sus atmósferas no sería necesariamente la misma que en la Tierra, señaló.

En conjunto, los resultados "no muestran nada misterioso que pueda indicar compuestos de vida que no existan en la Tierra", dijo Fierro.