Los países de la UE acordaron en diciembre un tope para el precio del gas que entrará en vigor si los precios de los centros de intercambio de gas (TTF, por sus siglas en inglés) se disparan a niveles altos que también estén significativamente por encima de los precios del gas natural licuado, una política largamente debatida diseñada para evitar los precios récord del gas que Europa experimentó el año pasado.

En un informe que se publicará el lunes y cuyo borrador ha podido ver Reuters, la Autoridad Europea de Valores y Mercados afirma que si los precios del gas se acercan al nivel que activaría el tope, es probable que los participantes en el mercado cambien su comportamiento para evitar que se active el tope o se preparen para que se aplique.

"Aunque este comportamiento parecería racional a título individual, podría desencadenar cambios significativos y bruscos del entorno general del mercado, lo que podría afectar al funcionamiento ordenado de los mercados y, en última instancia, a la estabilidad financiera", afirmó la AEVM.

La AEVM señaló que parecía probable que los participantes en el mercado pasaran a negociar en contratos o centros en los que no se aplica el tope del precio del gas, ya sea trasladándose a plataformas de negociación extracomunitarias o negociando "en ventanilla". Eso podría asestar un duro golpe a la liquidez en los mercados regulados de contratos TTF, dijo la ESMA.

Es posible que el impacto total del límite de precios sólo se ponga de manifiesto cuando esté próximo a activarse, señaló la AEVM.

La ESMA y el regulador energético de la UE, ACER, recibieron el encargo de elaborar cada uno un análisis inicial para el lunes, y un informe completo para marzo, sobre si el tope del precio del gas podría tener consecuencias negativas no deseadas para los mercados financieros y energéticos.