La sorpresiva marcha atrás de Arabia Saudí en su plan de expansión petrolera se gestó durante al menos seis meses y fue espoleada por la incertidumbre sobre la necesidad del mercado de capacidad adicional sobrante, según declaró el miércoles a Reuters una fuente del sector.

El gigante petrolero estatal Aramco recibió el martes la orden del Ministerio de Energía saudí de detener los planes de aumentar su capacidad máxima sostenible a 13 millones de barriles diarios (mbpd), volviendo al objetivo anterior de 12 mbpd.

El reino es el mayor exportador de petróleo del mundo y bombea alrededor de 9 mbpd, muy por debajo de su capacidad después de que recortara la producción como parte de un acuerdo con la OPEP y sus aliados el año pasado.

Con tanta capacidad sobrante ya, se evaluó que gran parte del exceso de oferta del reino no se estaba monetizando, dijo la fuente.

La decisión vino de arriba, dijo la fuente, un comentario del que se hizo eco una segunda fuente con conocimiento del asunto.

El príncipe heredero Mohammed bin Salman, durante la visita del presidente estadounidense Joe Biden al reino en julio de 2022, advirtió de que Riad "no tendrá más capacidad para aumentar la producción" después de alcanzar el objetivo de 13 mbpd, ahora descartado.

El reino había ordenado a Aramco que aumentara hasta ese nivel en marzo de 2020, cuando se encontraba en un pulso con Rusia. La OPEP, bajo el liderazgo de facto de Arabia Saudí, colabora ahora estrechamente con Rusia en el marco de la llamada alianza OPEP+. (Reportaje de Maha El Dahan y Yousef Saba; Edición de Edmund Blair y Mark Potter)