Los precios del petróleo pueden estar cerca de los 100 dólares el barril, pero una serie de factores podrían impedir un repunte sostenido por encima de ese nivel, según los analistas.

Entre ellos se encuentran el aumento previsto de la producción de los países no pertenecientes a la OPEP, además de la necesidad de Rusia de impulsar la oferta para aumentar sus ingresos y la posibilidad de que la demanda de petróleo se ralentice dados los tipos de interés ya elevados de las principales economías occidentales.

El Brent alcanzó un máximo de casi 96 dólares el barril la semana pasada y el West Texas Intermediate estadounidense llegó a los 91 dólares el barril por primera vez en 2023.

Un número creciente de analistas pronostica que el Brent superará los 100 dólares el barril este año, ya que la demanda aumenta, la oferta es limitada y las existencias de combustible y crudo son relativamente bajas.

Los precios al por menor del combustible en EE.UU. y Europa han subido a máximos de varios meses a medida que repuntaban los precios del crudo.

"Si los precios de la energía suben y se mantienen altos, eso tendrá un efecto sobre el gasto, y puede tener un efecto sobre las expectativas de inflación de los consumidores, cosas así. Son cosas que tenemos que vigilar, dijo la semana pasada el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell.

Los analistas de Morgan Stanley se hicieron eco de la opinión de que, aunque los banqueros centrales desconfíen de la subida de los precios del petróleo, un repunte "debe mantenerse durante algún tiempo para tener un efecto mayor y más duradero en los precios subyacentes".

Un largo recorrido por encima de los 100 dólares podría aumentar las preocupaciones inflacionistas de los gobiernos que han subido los tipos de interés para combatir la subida de los precios a medida que sus economías salían de la pandemia del COVID-19.

El crecimiento de la producción fuera de la OPEP+ podría calmar cualquier repunte. Goldman Sachs prevé que la oferta fuera de la OPEP+ aumente en 1,1 millones de barriles diarios (bpd) para el próximo año, mientras que la Agencia Internacional de la Energía ha pronosticado un crecimiento de 1,3 millones de bpd.

Brasil, Guyana y Estados Unidos figuran entre los países que se espera que aumenten su producción.

La vuelta a la inversión y el crecimiento de la producción en alta mar también hacen menos probable un repunte a largo plazo, según los analistas de Goldman, que añaden que "la mayor parte del repunte ha quedado atrás".

Los elevados tipos de interés ya están frenando la demanda en todas las economías occidentales, incluida la de petróleo.

Las consideraciones geopolíticas también pueden complicar las decisiones sobre cuánto tiempo la OPEP+ puede mantener los recortes voluntarios.

Los recortes de la oferta aplicados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), en particular un recorte voluntario combinado de 1,3 millones de bpd de Rusia y Arabia Saudí hasta finales de 2023, han desempeñado un papel destacado en el impulso de los precios de los futuros a máximos de 10 meses.

Pero es posible que Rusia no pueda frenar las exportaciones durante un periodo prolongado, dado el peaje que la guerra de Ucrania supone para sus finanzas, según Tamas Varga, de PVM.

Para el líder de facto de la OPEP, Arabia Saudí, es probable que resurja en las consideraciones políticas la perenne cuestión de lograr precios lo suficientemente altos como para recompensar a los productores sin empujar el mercado a un nivel que destruya la demanda e incline la economía hacia la recesión, según los analistas.

"No estoy seguro de que tenga mucho sentido económico inclinar la economía mundial hacia la recesión si la OPEP+ persevera en estos recortes, lo que me hace cuestionar hasta dónde llegará el precio y cuán sostenible será", afirmó Craig Erlam, analista de OANDA.

TIPOS Y RALLY

Tras meses de agresivas subidas de tipos para hacer frente a la obstinada inflación, los responsables políticos de EE.UU. y Europa han señalado que las subidas han tocado techo o están cerca de hacerlo.

El miércoles, la Reserva Federal de EE.UU. hizo una pausa en los tipos de interés, pero no descartó una subida más este año.

Los gobiernos podrían considerar medidas fiscales como el recorte de los impuestos sobre los carburantes como una forma más directa de limitar el impacto de los elevados precios de los surtidores, según declaró a Reuters Ajay Parmar, analista del HSBC.

Los precios de la gasolina superaron a principios de este mes la marca psicológicamente significativa de los 4 dólares el galón por primera vez desde el pasado octubre, mientras que los precios al por menor del gasóleo alcanzaron su nivel más alto desde diciembre, según las estimaciones de la Administración de Información Energética (EIA).

La subida de los precios del combustible es un tema delicado en vísperas de las elecciones presidenciales estadounidenses.

El presidente Joe Biden ya ha prometido reducir los precios, aunque no ha dicho cómo, y a corto plazo el impacto del mantenimiento otoñal de las refinerías en los suministros podría mantener los precios altos.

Las restricciones a las exportaciones de combustible y el aumento de la utilización de las refinerías son opciones potenciales. El gobierno estadounidense ya recurrió a las reservas de crudo el año pasado para añadir suministro al mercado.

Los precios del gasóleo y la gasolina en los surtidores de la zona euro y Gran Bretaña también han alcanzado máximos de varios meses, lo que ha provocado la última ronda de medidas gubernamentales.

Francia levantó esta semana una prohibición de décadas que impedía a los minoristas vender combustible de carretera por debajo de su coste para combatir la inflación.

El grupo energético TotalEnergies también ha acordado ampliar su tope de 1,99 euros por litro de combustible hasta finales de 2023.

Y en Gran Bretaña, donde se espera que se celebren elecciones generales el año que viene, es probable que los políticos duden en retirar el recorte de cinco peniques por litro del impuesto sobre el combustible vigente desde marzo del año pasado, según declaró Gordon Balmer, director ejecutivo de la Asociación de Minoristas de Gasolina.