La moneda chilena amenaza con volver a superar la línea de los 1.000 pesos por dólar, después de que en julio tocara un mínimo histórico cercano a los 1.050 pesos. Ese hito llevó al banco central a lanzar un plan de venta de 20.000 millones de dólares e instrumentos de cobertura cambiaria, respaldado por un programa de swap de divisas y de liquidez en pesos de 5.000 millones de dólares.

Esa medida ayudó con éxito a frenar la salvaje volatilidad.

Sin embargo, a medida que el dólar estadounidense se dispara y las subidas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU. martillean las divisas mundiales, desde la libra esterlina hasta el yen japonés y el yuan chino, el impacto de la intervención chilena se ha desvanecido.

En los dos últimos meses, la moneda se ha debilitado alrededor de un 6,5% frente al dólar, quedando por detrás de las principales divisas regionales de Brasil, México, Perú y Colombia. Es probable que se debilite más después de que el banco central pusiera fin a su programa de intervención el 30 de septiembre.


GRÁFICO: Monedas latinoamericanas frente al dólar -
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"Probablemente en el corto plazo, tal vez en octubre veamos 1.000 pesos (por dólar) y tal vez superemos nuestro mínimo histórico", dijo Ángel Rubilar, analista senior de Libertex con sede en Santiago. La moneda vale ahora 968 por dólar.

Chile no es el único que tiene que defender su moneda. Las intervenciones en el mercado de divisas han aumentado en India, Filipinas y Corea en las últimas semanas, mientras que el banco central de Japón gastó un récord de 2,8 billones de yenes (19.700 millones de dólares) en el mercado de divisas la semana pasada.

Esa intervención, tras la caída del yen a un mínimo de 24 años de casi 146 por dólar, provocó un fuerte rebote de más de 5 yenes por dólar, aunque la divisa ha vuelto a bajar hasta situarse en torno a 144,7.


GRÁFICO: Peso chileno -

LAS RESERVAS NO SON INFINITAS

Diego Mora, estratega de mercado de XTB Latam, dijo que la intervención del banco central de Chile había ayudado a reducir las posibilidades de movimientos agresivos de la moneda, pero tenía sus límites.

"La intervención fue exitosa para lo que el banco central necesitaba, que era controlar la volatilidad en el tipo de cambio, pero no el precio", dijo Mora, señalando que los mercados ya estaban valorando el fin de la intervención la próxima semana.

"La posibilidad de un desplome brusco es menor".

Chile, el primer productor mundial de cobre y el segundo de litio, metal para baterías de vehículos eléctricos, también está lidiando con una inflación anual de alrededor del 14%, el debilitamiento de los precios del cobre y una recesión prevista, lo que agrava el golpe de la fortaleza del dólar.

El estratega de divisas de Barclays, Juan Prada, dijo que el endurecimiento de las condiciones financieras globales estaba aumentando la presión sobre algunos mercados regionales especialmente susceptibles a los impactos económicos globales externos.

"Hemos identificado a Chile y Colombia como vulnerables, y el COP (peso colombiano) y el CLP (peso chileno) han tenido un rendimiento inferior al de sus pares de Latinoamérica" desde la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de Estados Unidos en septiembre, dijo.

El banco central de Chile, sin embargo, no ha dado ninguna indicación de que vaya a intervenir de nuevo. Los analistas y los operadores dicen que, a pesar de las presiones, otra intervención sería "apresurada" y podría poner en riesgo la estabilidad a largo plazo al hacer mella en los niveles de reservas.

"Las reservas no son infinitas", añadió Mora. "Si el banco central tiene menos reservas directas de divisas, el país se vuelve más arriesgado con sus tipos de interés a largo plazo".