Assange, de 50 años, es buscado por las autoridades estadounidenses por 18 cargos, incluido un cargo de espionaje, relacionados con la publicación por parte de WikiLeaks de grandes cantidades de registros militares y cables diplomáticos confidenciales de Estados Unidos que, según Washington, han puesto vidas en peligro.

El mes pasado, la ministra del Interior, Priti Patel, aprobó su extradición, y su oficina dijo que los tribunales británicos habían concluido que su extradición no sería incompatible con sus derechos humanos, y que sería tratado adecuadamente.

El equipo legal de Assange, nacido en Australia, ha presentado un recurso contra esa decisión ante el Tribunal Superior, según confirmó su hermano Gabriel Shipton. El tribunal debe dar su aprobación para que la apelación sea escuchada, pero es probable que el caso legal tarde meses en concluir.

"También instamos al gobierno australiano a que intervenga inmediatamente en el caso para poner fin a esta pesadilla", dijo Shipton a Reuters.

La saga comenzó a finales de 2010, cuando Suecia solicitó la extradición de Assange desde Gran Bretaña por acusaciones de delitos sexuales. Cuando perdió ese caso en 2012, huyó a la embajada de Ecuador en Londres, donde pasó siete años.

Cuando finalmente fue sacado en abril de 2019, fue encarcelado por incumplir las condiciones de la fianza británica, aunque el caso sueco contra él había sido retirado. Desde junio de 2019 está luchando contra la extradición a Estados Unidos y sigue en la cárcel.

"Vamos a luchar contra esto. Vamos a utilizar todas las vías de recurso", dijo su esposa Stella Assange a los periodistas después de que Patel aprobara su extradición.