"No hice ninguna amenaza, pero se lo dejé claro: me aseguré de que entendiera las consecuencias de ayudar a Rusia", dijo Biden a los periodistas sobre su llamada del viernes con Xi.

"Le señalé el número de empresas estadounidenses y extranjeras que abandonaron Rusia como consecuencia de su comportamiento bárbaro".

La administración Biden ha estado presionando a China para que se abstenga de apoyar a Rusia, incluso ayudándola a contrarrestar las sanciones occidentales y proporcionándole asistencia militar.

China no ha condenado la acción de Rusia en Ucrania, aunque ha expresado su profunda preocupación por la guerra, así como por las sanciones occidentales, que considera contraproducentes y unilaterales.

Los comentarios de Biden apuntaron a la interdependencia económica de China y Estados Unidos, su mayor socio comercial.

Esa es una palanca que Washington quiere utilizar para alejar a China de Rusia después de que ambos países pregonaran una asociación estratégica "sin límites" en febrero. Pero cualquier sanción u otras contramedidas contra Pekín tendrían efectos indirectos también para la economía estadounidense, dicen los expertos.

Aun así, ya hay indicios de que la relación chino-rusa puede estar perjudicando a la inversión extranjera en China, incluidos los importantes flujos de capital del país desde la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, según el Instituto de Finanzas Internacionales.

"China entiende que su futuro económico está mucho más ligado a Occidente que a Rusia", dijo Biden en una conferencia de prensa al margen de las reuniones de emergencia en Europa sobre la guerra de Ucrania.