"El sistema es completamente vulnerable", dijo a unos 40 diplomáticos invitados a su residencia en una reunión informativa sin precedentes a tres meses de unas elecciones generales.

Bolsonaro no dio pruebas de fraude, pero dijo que un hacker se metió en el sistema de votación electrónica durante las elecciones que ganó en 2018, un ataque que la policía concluyó que no había comprometido el resultado de ninguna manera.

Bolsonaro dijo a los diplomáticos que el ejército brasileño debería ser llamado para ayudar a garantizar la transparencia en las elecciones del 2 de octubre. Ha presionado a las autoridades electorales para que acepten un recuento de votos paralelo a cargo de las fuerzas armadas. Éstas lo han descartado.

Entre los diplomáticos que asistieron estaban los enviados de Estados Unidos, la Unión Europea, Francia, España y Portugal, de los 50 embajadores invitados de entre las 127 naciones que tienen embajadas en Brasilia. La vecina Argentina, cuyo presidente es de izquierdas, no fue invitada.

Los funcionarios estadounidenses han dicho que los brasileños deben confiar en sus instituciones democráticas. El director de la Agencia Central de Inteligencia, William Burns, dijo el año pasado a altos funcionarios brasileños que Bolsonaro debería dejar de poner en duda el sistema de votación de su país, informó Reuters en mayo.

El jefe de la máxima autoridad electoral de Brasil, el Tribunal Superior Electoral, Edson Fachin, fue invitado a asistir a la sesión informativa del lunes junto con los diplomáticos, pero declinó, diciendo que no podía reunirse con un candidato electoral.

Bolsonaro, un nacionalista de extrema derecha que ha dicho que modeló su presidencia según la de Donald Trump, se ha hecho eco de las acusaciones infundadas del ex líder estadounidense de fraude en las elecciones de 2020 en Estados Unidos.

Ha cuestionado repetidamente el sistema de votación electrónica de Brasil, argumentando sin pruebas que es susceptible de fraude, lo que ha hecho temer que se niegue a reconocer la derrota, como hizo Trump en las elecciones estadounidenses de 2020.

Sus intentos de desacreditar el sistema electoral de Brasil, que se utiliza desde 1996 sin pruebas de irregularidades, ha llevado a sus oponentes a sospechar que Bolsonaro podría negarse a aceptar una posible victoria del ex presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, que lidera con dos dígitos en las encuestas de opinión.