Damiba habló por primera vez en la televisión nacional desde que lideró un motín que derrocó al presidente Roch Marc Kabore el lunes.

"Cuando se den las condiciones adecuadas, según el plazo que nuestro pueblo definirá con toda soberanía, me comprometo a volver a un orden constitucional normal", dijo Damiba.

Ataviado con una boina roja, un traje de faena del ejército y flanqueado por banderas nacionales, Damiba dijo que convocaría a diversos sectores de la sociedad de Burkina Faso para acordar una hoja de ruta para planificar y llevar a cabo las reformas necesarias.

La junta dijo el lunes, tras tomar el poder, que propondría un calendario para volver al orden constitucional "en un plazo razonable", pero no ha dado detalles sobre sus planes.

Los oficiales, que se autodenominan Movimiento Patriótico para la Salvaguarda y la Restauración (MPSR), lanzaron un motín el domingo por la noche y destituyeron a Kabore https://www.reuters.com/world/africa/burkina-faso-president-kabore-detained-military-camp-sources-tell-reuters-2022-01-24 el lunes, culpándole de no haber contenido el empeoramiento de la violencia de los militantes islamistas.

Damiba prometió a los agricultores y pastores y a la población de toda la nación del Sahel occidental afectada por la violencia de los militantes vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico, y dijo que recuperaría el control de esas zonas. Dijo que la seguridad sería la prioridad.

El discurso de Damiba se produce antes de una cumbre de emergencia prevista en https://www.reuters.com/world/africa/west-african-leaders-hold-summit-after-latest-coups-2022-01-26 de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), de 15 miembros, el viernes, para discutir cómo responder al golpe.

La CEDEAO impuso sanciones a los países vecinos de Burkina Faso, Malí y Guinea, tras las tomas de posesión militares de agosto de 2020 y septiembre de 2021, respectivamente.

Este último golpe en África Occidental y Central se produce en medio de una insurgencia islamista cada vez más sangrienta que ha matado a miles de personas y ha desplazado a millones en toda la región del Sahel, erosionando la fe en los líderes democráticos para combatir el problema.

Las juntas de Malí y Guinea, así como la de la nación centroafricana de Chad, donde los militares tomaron el poder en abril de 2021, han establecido todas ellas gobiernos de transición con una mezcla de oficiales militares y civiles.

Las juntas de Malí y Chad acordaron transiciones de 18 meses hacia elecciones democráticas, mientras que la de Guinea aún no ha establecido un calendario.

Las autoridades malienses, sin embargo, se han retractado de su compromiso original y han propuesto retrasar las elecciones, originalmente previstas para el próximo mes, hasta cuatro años.