"Una ciudad no puede vivir sin agua", dijo Claudio Orrego, el gobernador de la región metropolitana de Santiago, en una conferencia de prensa. "Y estamos en una situación sin precedentes en los 491 años de historia de Santiago en la que tenemos que prepararnos para que no haya suficiente agua para todos los que viven aquí".

El plan cuenta con un sistema de alerta de cuatro niveles que va de verde a rojo y que comienza con anuncios de servicio público, pasa a la restricción de la presión del agua y termina con cortes de agua rotativos de hasta 24 horas para unos 1,7 millones de clientes.

El sistema de alerta se basa en la capacidad de los ríos Maipo y Mapocho que abastecen a la capital con la mayor parte de su agua y que han visto disminuir sus niveles de agua a medida que la sequía se prolonga.

El gobierno estima que la disponibilidad de agua en el país ha descendido entre un 10% y un 37% en los últimos 30 años y podría descender otro 50% en el norte y centro de Chile para el año 2060.

El déficit de agua en los ríos, medido en litros por segundo, determinará si los cortes se producirán cada 12, seis o cuatro días. En cada caso, una zona diferente se enfrentaría a cortes de agua cada día.

"Es la primera vez en la historia que Santiago tiene un plan de racionamiento de agua debido a la gravedad del cambio climático", dijo Orrego. "Es importante que los ciudadanos entiendan que el cambio climático ha llegado para quedarse. No es sólo global, es local".

Algunas zonas del centro de la ciudad estarían exentas debido a la alta concentración de capitales. También estarán exentas las zonas alimentadas por agua de pozo u otras fuentes además de los dos ríos.