China pondrá en marcha una serie de proyectos piloto para impulsar la producción y el consumo nacionales de biodiésel, según ha anunciado la Administración Nacional de Energía (ANE), reforzando así los esfuerzos medioambientales en un ámbito en el que el país va a la zaga de otras grandes economías.

El escaso apoyo político ha mantenido bajo el consumo de biodiésel, una alternativa baja en carbono al gasóleo de petróleo fabricado a partir de materias primas como el aceite de palma y el aceite de cocina usado (UCO), en China, en comparación con la Unión Europea y Estados Unidos.

En un documento publicado el lunes, la AEN instó a las autoridades locales a llevar a cabo proyectos de demostración en varias áreas de la industria del biodiésel, y aconsejó a los gobiernos regionales que proporcionaran apoyo financiero.

"Ampliaremos los escenarios de aplicación del biodiésel doméstico", declaró la NEA, añadiendo que su objetivo era desarrollar una vía de desarrollo que pudiera reproducirse para sentar las bases de una promoción continuada de los combustibles líquidos verdes.

Dichos esfuerzos incluyen la integración de la cadena de suministro de materias primas de UCO y la distribución del combustible en gasolineras de carretera. También se comprometió a promover la inclusión del biodiésel en un mecanismo nacional voluntario de reducción certificada de emisiones.

Sin embargo, la AEN no proporcionó detalles sobre la financiación y los plazos.

El biodiésel producido a partir de UCO tiene un contenido energético ligeramente inferior al del gasóleo de petróleo, pero reduce la contaminación por gases de efecto invernadero hasta en un 83%, según demostró un estudio realizado en 2022 por el Laboratorio Nacional Argonne de Estados Unidos.

Aunque se prevé que China produzca 1.900 millones de litros de biodiésel este año, la demanda interna sólo absorberá el 40% de esa cantidad, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).

China no ha anunciado mandatos de mezcla para el biodiésel, y sólo el gobierno local de Shanghai, su centro financiero, ha ofrecido subvenciones para la producción de biodiésel, señaló el USDA en un informe de septiembre.

El limitado uso doméstico del biodiésel y del combustible de aviación sostenible, una alternativa al queroseno baja en carbono, permite a China exportar grandes volúmenes de UCO a Estados Unidos y a la Unión Europea, donde las subvenciones y los mandatos de mezcla impulsan la demanda de biocombustibles. (Reportaje de Andrew Hayley; Edición de Clarence Fernandez)