Deere & Co, el mayor fabricante de maquinaria agrícola del mundo, rebajó el viernes sus perspectivas de beneficios para todo el año y dijo que ha agotado los tractores de gran tamaño mientras sigue lidiando con la escasez de piezas y los altos costes.

Deere ha tenido problemas para fabricar suficientes tractores para satisfacer la fuerte demanda de los agricultores y está pagando primas en los fletes para ensamblar las máquinas en función de la disponibilidad de piezas, dijeron los ejecutivos de la empresa.

Los costes y gastos totales aumentaron un 24,4% interanual, por lo que los beneficios trimestrales no cumplieron las expectativas a pesar de las fuertes ventas.

"Cada vez que tenemos que tocar las máquinas o trasladarlas a las fábricas más de una vez supone un coste", dijo Joshua Jepsen, subdirector financiero de Deere.

Sin embargo, con los tractores agotados y reservados hasta principios de 2023, el fuerte crecimiento de los ingresos puede ser una señal de que los problemas de la cadena de suministro mejoran de cara a la temporada de siembra del próximo año.

"Si la cadena de suministro mejoró lo suficiente como para que batieran los ingresos este trimestre, aunque de forma muy ineficiente, significa que hay una buena posibilidad de que lo peor del problema de la cadena de suministro haya quedado atrás", dijo Matt Arnold, analista de renta variable de Edward Jones.

El gigante industrial registró unos ingresos netos de 1.880 millones de dólares, o 6,16 dólares por acción, en el trimestre que finalizó el 31 de julio, por debajo de las estimaciones de los analistas de 6,69 dólares por acción, según los datos de Refinitiv IBES.

Los precios de las cosechas de productos básicos tocaron los máximos de la década entre abril y junio, lo que alentó el gasto de los agricultores en nuevos equipos. Deere dijo que ha respondido con envíos acelerados para que los tractores y las cosechadoras lleguen a las salas de exposición de los concesionarios.

Jerry Revich, jefe de Maquinaria de las Américas en Goldman Sachs, dijo que Deere había recurrido al transporte aéreo para entregar los equipos.

Deere, con sede en Moline, revisó su previsión de ingresos netos para todo el año a entre 7.000 y 7.200 millones de dólares, por debajo de su anterior previsión de entre 7.000 y 7.400 millones de dólares.

Las ventas de 13.000 millones de dólares superaron las previsiones de los analistas de 12.780 millones de dólares. Las acciones de la empresa bajaron un 1,7% en las operaciones matinales, después de caer hasta un 7% en la fase previa al mercado. (Reportaje de Aishwarya Nair en Bengaluru y Bianca Flowers en Chicago; edición de Krishna Chandra Eluri, David Holmes y Elaine Hardcastle)