El visado de la estrella del tenis número uno del mundo sigue en duda mientras los funcionarios del gobierno estudian ahora si lo deportan por el error.

Dar información falsa o engañosa es un delito que conlleva una pena máxima de 12 meses de prisión y una multa de hasta 4.730 dólares.

También puede llevar a la cancelación del visado del infractor.

Djokovic dijo que su declaración de viaje fue rellenada por su equipo de apoyo, que cometió un "error administrativo".

El miembro del equipo marcó la casilla "no" en respuesta a si había viajado a otro lugar en los 14 días anteriores a su llegada a Australia.

Surgieron preguntas sobre los movimientos de la estrella serbia cuando aparecieron publicaciones en las redes sociales que lo mostraban en Belgrado menos de dos semanas antes de dirigirse a España y luego a Australia.

En un post en su Instagram, dijo:

"Esto fue un error humano y ciertamente no deliberado... Estamos viviendo tiempos difíciles en una pandemia global y a veces estos errores pueden ocurrir".

El jugador también se disculpa en su comunicado por haber asistido a una entrevista y a una sesión de fotos el 18 de diciembre, el día después de que, según dijo, se enterara de que había dado positivo por COVID-19, por segunda vez.

Djokovic no fue liberado del centro de detención de inmigrantes de Melbourne hasta el lunes, después de haber permanecido allí varios días.

Los funcionarios habían revocado su visado en medio de preguntas sobre su exención médica para el requisito de vacunarse contra el COVID-19.

Esa decisión fue anulada el lunes por un juez que calificó de "irrazonable" la cancelación de su visado.

La estrella del tenis se enfrenta ahora a la posibilidad de que se le revoque el visado por segunda vez a pocos días de que tenga que defender su título en el Abierto de Australia.