El bitcoin y otras criptodivisas se han presentado en diversas ocasiones como una forma alternativa de dinero y un escudo frente a las políticas inflacionistas aplicadas por los principales bancos centrales, como el BCE, en los últimos años.

Pero una caída del 75% en el último año, justo cuando la inflación asomaba la cabeza, y una serie de escándalos, incluido el colapso de la bolsa FTX este mes, han dado a los críticos entre los banqueros centrales y los reguladores munición para contraatacar.

El valor del bitcoin alcanzó un máximo de casi 69.000 dólares en noviembre de 2021 antes de caer a unos 17.000 dólares a mediados de junio de 2022, donde sigue rondando ahora.

En una entrada de blog en la que utilizó un lenguaje inusualmente mordaz, el BCE afirmó que la reciente estabilización del bitcoin era "un último suspiro inducido artificialmente antes del camino hacia la irrelevancia".

"Los grandes inversores en bitcoin tienen los mayores incentivos para mantener la euforia", escribieron los autores Ulrich Bindseil y Juergen Schaff. "A finales de 2020, empresas aisladas empezaron a promocionar el bitcoin a costa de las empresas. Algunas empresas de capital riesgo también siguen invirtiendo mucho".

Dijeron que las inversiones de capital riesgo en la industria de las criptomonedas y el blockchain ascendían a 17.900 millones de dólares a mediados de julio, pero no aportaron pruebas de manipulación de precios.

Los reguladores de todo el mundo están elaborando normas para el mundo de las criptomonedas, un complejo ecosistema que abarca desde stablecoins supuestamente respaldadas por divisas convencionales hasta formas de préstamo que tienen lugar en la blockchain, o libro mayor distribuido, que sustenta esas monedas.

El blog del BCE decía que la regulación podría "malinterpretarse para aprobarla".

"Dado que el Bitcoin no parece ser adecuado ni como sistema de pago ni como forma de inversión, no debería ser tratado como ninguno de los dos en términos regulatorios y, por tanto, no debería ser legitimado", afirmaron Bindseil y Schaff.

Añadieron que la implicación de gestores de activos, proveedores de servicios de pago, aseguradoras y bancos con el cripto "sugiere a los pequeños inversores que las inversiones en bitcoin son sólidas".

"La industria financiera debería desconfiar de los perjuicios a largo plazo de promover las inversiones en bitcoin, a pesar de los beneficios a corto plazo que puedan obtener", señalaron los autores del blog.

Las palabras del BCE tienen peso porque es el máximo supervisor de los bancos de la zona euro y tiene voz en la regulación financiera de la Unión Europea.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo el lunes que el Reglamento sobre el Mercado de Criptoactivos (MiCA) de la UE, que está en proceso de aprobación, probablemente tendría que ampliarse en una futura iteración que ella denominó "MiCA 2".

Se trataba de una probable referencia al Bitcoin, que elude el MiCA porque no tiene entidad jurídica en la UE, lo que significa que sólo las plataformas de intercambio están sujetas a las normas.