El prestamista al desarrollo afirmó que las perspectivas para su región de Europa y Asia Central están sujetas a una "incertidumbre considerable", con una guerra prolongada o intensificada que causaría mayores daños físicos y medioambientales y la fragmentación del comercio y la inversión.

"El riesgo de tensiones financieras también sigue siendo elevado, dados los altos niveles de deuda y de inflación", dijo el Banco Mundial.