La suspensión afectará a más de 600.000 beneficiarios, entre ellos víctimas de violencia sexual, según informó el Banco Mundial al ministro de Finanzas del Congo la semana pasada en una carta vista por Reuters. Un portavoz del Banco Mundial confirmó su autenticidad.

La carta también decía que el banco seguía esperando documentación sobre la situación de 91 millones de dólares que ya se habían adelantado para los proyectos del total de 1.040 millones.

El 4 de mayo, el presidente congoleño Felix Tshisekedi disolvió la estructura, el "Fondo Social de la República Democrática del Congo", por orden presidencial y creó otro fondo público.

El cambio se debió a "la evolución del marco jurídico que rige las instituciones públicas", según su declaración.

En la carta fechada el 12 de mayo, el director de operaciones del Banco Mundial para el país, Albert Zeufack, declaró que la institución se había enterado de la decisión por la prensa.

"Antes de poder seguir comprometiendo los fondos del proyecto, el gobierno y el Banco Mundial deberían acordar medidas transitorias... para garantizar que los fondos se utilicen para los fines previstos", decía en la carta.

Un portavoz del ministerio de Finanzas del Congo dijo que estaba esperando el visto bueno de la presidencia antes de poder hacer comentarios.

La portavoz presidencial, Tina Salama, negó cualquier suspensión de la financiación y dijo que habría una gestión transitoria del fondo. "Creo que ya se han tomado medidas", declaró. No respondió a las preguntas sobre los 91 millones de dólares.

Uno de los beneficiarios del fondo era la Fundación Panzi, dirigida por Denis Mukwege, un ginecólogo congoleño que ganó el Premio Nobel de la Paz en 2018 por su trabajo con las víctimas de la violencia sexual.

"Es una catástrofe para las víctimas", dijo Mukwege a Reuters. Dijo que le habían advertido unos días antes de que los gastos incurridos en su programa dejarían de ser reembolsados. Un coordinador del programa dijo que había tenido que rechazar a víctimas.

La abrupta decisión de cambiar la estructura de financiación fue un ejemplo de mala gobernanza, afirmó Valery Madianga, director de una organización congoleña especializada en la auditoría de las finanzas públicas.

"¿Cómo puede ser... que un servicio público, que firmó un contrato-programa de 1.000 millones de dólares con el Banco Mundial, se haya disuelto o haya cambiado su objeto social sin que éste lo sepa?", declaró.

Cuatro de los principales políticos de la oposición congoleña escribieron la semana pasada a los dirigentes del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo pidiéndoles que realizaran una auditoría de sus fondos en el Congo, afirmando que sospechaban de un uso indebido.