La Iglesia católica alemana está debatiendo una serie de reformas, entre ellas sobre la homosexualidad, las mujeres sacerdotes y el celibato sacerdotal, como parte de su llamada Senda Sinodal.

En declaraciones al diario La Repubblica, el cardenal Gerhard Ludwig Mueller afirmó que algunos de los obispos que participan en el proceso han aprobado "textos heréticos" y deberían ser juzgados según el derecho canónico.

"El Papa tiene la responsabilidad de pedir explicaciones, de corregir o -en casos extremos- de despedir a los obispos por cuestiones doctrinales", dijo Mueller.

El cardenal, él mismo obispo alemán, dijo que permitir a las parejas homosexuales que su unión sea bendecida por un sacerdote va "directamente en contra de la fe católica".

"Bendecir a las parejas homosexuales es una blasfemia", afirmó.

En noviembre, tras mantener conversaciones con funcionarios del Vaticano y con el Papa, el jefe de la Conferencia Episcopal Alemana afirmó que no se podía suprimir el debate sobre las reformas.

Sobre las bendiciones para las uniones del mismo sexo, el obispo Georg Baetzing también dijo: "No negaré la bendición de Dios a quienes mantienen relaciones comprometidas y la buscan".

En julio, el Vaticano trató de frenar el movimiento del Camino Sinodal alemán, diciendo que corría el riesgo de provocar un cisma en la Iglesia universal.

La Iglesia católica enseña que los sacerdotes deben ser célibes, que las mujeres no pueden ser sacerdotes porque Jesús eligió sólo a hombres como apóstoles y que, aunque la atracción hacia personas del mismo sexo no es pecaminosa, los actos homosexuales sí lo son.