La ministra del Interior, Priti Patel, dijo que las reformas incluirán la creación de un nuevo Plan de Registro de Influencias Extranjeras, similar a los de Estados Unidos y Australia, para reducir el riesgo de que gobiernos extranjeros perjudiquen los intereses de Gran Bretaña.

Patel dijo que las nuevas leyes, junto con herramientas más potentes para la policía y las agencias de inteligencia británicas, "serán fundamentales para ayudar a quienes están en primera línea a hacer frente a las amenazas a las que nos enfrentamos constantemente."

El servicio de espionaje nacional británico MI5 advirtió a los legisladores en enero que el Partido Comunista Chino había empleado a una mujer para ejercer una influencia indebida sobre los miembros del Parlamento.

La nueva legislación convertirá en delito ser un espía extranjero no declarado, introducirá un nuevo delito de injerencia extranjera y ampliará las respuestas al uso de drones y a los ciberataques contra infraestructuras críticas y otros objetivos.

También permitirá a los tribunales imponer penas más largas para los delitos respaldados por el Estado extranjero, dijo el Ministerio del Interior.

El director general del MI5, Ken McCallum, dijo que las leyes de espionaje existentes estaban siendo eludidas por los expertos en ciberespionaje.

"Los actores estatales están robando no sólo secretos de seguridad nacional, sino también nuestra ciencia, investigación y tecnología de vanguardia. Están intentando interferir de forma encubierta en nuestra democracia, economía y sociedad", dijo McCallum.

Las reformas previstas también restringirían el acceso de las personas condenadas por delitos de terrorismo a reclamar asistencia jurídica civil.