El año pasado, el banco revirtió gradualmente una subida de emergencia de los tipos hasta el 20% que aplicó a finales de febrero tras la decisión de Moscú de enviar decenas de miles de tropas a Ucrania, lo que provocó que se le impusieran sanciones occidentales cada vez más amplias como respuesta.

El tipo de interés básico se ha mantenido en el 7,5% desde el último recorte en septiembre, con una inflación obstinadamente elevada que obstaculiza los esfuerzos del Banco de Rusia por suavizar aún más la política monetaria.

Los 25 analistas y economistas encuestados por Reuters el lunes predijeron que Rusia mantendría su tipo de referencia sin cambios de nuevo el viernes.

"Hasta ahora, la dinámica de la inflación no exige una subida de tipos, pero los riesgos proinflacionistas están aumentando", dijo Mikhail Vasilyev, analista jefe de Sovcombank.

Los tres riesgos proinflacionistas clave de un rublo más débil, un déficit presupuestario en aumento y la escasez en el mercado laboral se han acentuado desde diciembre, añadió Vasilyev.

El rublo ha perdido casi un 15% frente al dólar estadounidense desde principios de diciembre, mientras que el banco central ha advertido de que la movilización parcial de tropas rusas para el conflicto de Ucrania podría avivar la inflación a más largo plazo debido a la disminución de la mano de obra.

"De hecho, la señal podría endurecerse, ya que los riesgos de inflación siguen vigentes, como se desprende de unas expectativas de inflación aún elevadas y de las estadísticas semanales del IPC", afirmó Olga Nikolaeva, de ITinvest. "Los gastos presupuestarios están creando un grave riesgo adicional".

Dado que los ingresos rusos procedentes del petróleo y el gas están disminuyendo bajo el peso de los topes de precios y los embargos, los analistas prevén que el déficit presupuestario de Rusia se amplíe más de lo previsto. Una política fiscal más suave requeriría una política monetaria más estricta, según ha declarado el banco central.

La señal de una política monetaria más estricta ya está incorporada en los precios de los bonos del tesoro OFZ del gobierno. Los rendimientos, que se mueven de forma inversa a los precios de los bonos, no han dejado de subir desde mediados de octubre. El rendimiento de los OFZ rusos de referencia a 10 años se situó el lunes en el 10,61%.

Sin embargo, la probable caída de la inflación anual en marzo hasta el 2%-3% -al entrar en acción el efecto base de la subida de precios del año pasado- puede limitar las opciones del banco central de subir los tipos, según Natalia Orlova, economista jefe de Alfa Bank.

Muy por encima del objetivo del 4% fijado por el banco central, la inflación ha descendido desde los máximos de 20 años alcanzados poco después del inicio del conflicto de Ucrania, que duró casi un año. La inflación anual se situó en el 11,9% en 2022 y ahora ronda el 11,5%.

"Aunque existan riesgos de inflación, por ahora son hipotéticos, y la dinámica real de la inflación muestra una fuerte ralentización del crecimiento de los precios", declaró Orlova.

La primera vicegobernadora del banco central, Ksenia Yudaeva, declaró la semana pasada que la situación de la economía y de los mercados financieros y energéticos podría llevar al banco a revisar sus previsiones sobre el tipo medio de referencia para este año.