La coalición gobernante de Berlín acordó el mes pasado que casi todos los sistemas de calefacción de nueva instalación en Alemania funcionen con un 65% de energías renovables a partir de 2024, tanto en edificios nuevos como antiguos.

El plan forma parte de la ambición alemana de llegar a ser climáticamente neutra en 2045, ya que el sector de la construcción fue responsable de 112 millones de toneladas de emisiones de efecto invernadero el año pasado, es decir, el 15% de las emisiones del país.

Las viviendas también podrían utilizar bombas de calor que funcionen con electricidad renovable, calefacción urbana, calefacción eléctrica o sistemas térmicos solares como alternativas aceptables a la calefacción por combustibles fósiles, según el proyecto de ley, al que tuvo acceso Reuters.

La política ha encontrado resistencia dentro de la coalición del canciller Olaf Scholz, con críticos que la califican de demasiado costosa y de una carga para los hogares de ingresos bajos y medios y para los inquilinos.

Alrededor del 78% de los alemanes está en contra de la ley prevista, según mostró el miércoles una encuesta de la encuestadora Forsa publicada por las cadenas ntv y RTL. Alrededor del 62% de los encuestados espera que la factura de la calefacción aumente tras el cambio a las energías renovables, según el sondeo.

Este cambio podría costar a los alemanes unos 9.160 millones de euros (10.000 millones de dólares) anuales hasta 2028, según el proyecto de ley. Los costes bajarían a 5.000 millones a partir de 2029, ya que Berlín espera que la expansión de las energías renovables y el aumento de la producción de bombas de calefacción abaraten el cambio.

El gobierno ha prometido ayudar a subvencionar la sustitución de los sistemas de calefacción de gasóleo y gas para los hogares más pobres.

El proyecto de ley prevé algunas exenciones, por ejemplo para los propietarios de viviendas de más de 80 años que vivan en situación de penuria.

Quienes infrinjan las nuevas normas se enfrentan a una multa de 5.000 euros, según el proyecto de ley, que ahora se debatirá en el Parlamento.

El impulso de Alemania para eliminar progresivamente el gas en la calefacción? ?se hizo más urgente después de que la invasión de Ucrania por Moscú llevara a Berlín a detener las importaciones de combustibles fósiles rusos.

La calefacción consume más del 40% del consumo anual de gas de Alemania, ya que casi la mitad de los 41 millones de hogares del país se calientan con gas natural, mientras que casi el 25% utiliza gasóleo de calefacción.

El proyecto de ley significa que Alemania tendría que cerrar más del 90% de su red de distribución de gas de 500.000 km en los próximos 20 años, según mostró el martes un estudio del grupo de reflexión Agora.

(1 dólar = 0,9143 euros)