El gobierno húngaro espera que la inflación vuelva a situarse por debajo del 6% a finales de 2022, lo que allanará el camino para la eliminación progresiva de los precios máximos de los alimentos básicos, el combustible y las hipotecas, declaró el sábado el primer ministro, Viktor Orban.

La inflación, que alcanzó un máximo de casi 15 años del 7,9% a principios de año, más una disputa con la Unión Europea sobre las normas democráticas que ha congelado la financiación para la recuperación de la pandemia, han complicado el camino de Orban hacia la reelección tras 12 años en el poder.

"La política de los cuatro precios máximos no sentó bien", dijo Orban en un foro empresarial. "Pero tiempos desesperados exigen medidas desesperadas".

Orban, que se enfrenta a unas reñidas elecciones el 3 de abril, dijo que los topes de los precios minoristas de la energía seguirán en vigor.

Su partido gobernante, el Fidesz, obtuvo en febrero una ventaja de dos puntos sobre la oposición unida, según un sondeo de opinión de Zavecz Research publicado a principios de esta semana.

El máximo tribunal de la Unión Europea despejó el miércoles el camino para recortar miles de millones de euros de fondos a Polonia y Hungría, a cuyos gobernantes populistas el bloque acusa de violar los derechos democráticos.

La UE dice que para recibir esos beneficios de financiación, los países deben defender las normas europeas comunes, que Varsovia y Budapest han incumplido imponiendo el control político sobre el poder judicial y los medios de comunicación, y restringiendo los derechos civiles.

Aunque criticó a la UE por no liberar los fondos, Orban dijo que esperaba que Hungría recibiera parte o la totalidad de la financiación para la recuperación de la pandemia a finales de este año, pero no dio más detalles sobre cómo podría resolverse el enfrentamiento con Bruselas.

"No tienen derecho a no darnos (los fondos)", dijo Orban, añadiendo que, mientras tanto, Hungría ha empezado a prefinanciar los proyectos con fondos nacionales.

El líder nacionalista también dijo que su gobierno podría anunciar una nueva inversión extranjera en Hungría por valor de 6.000 millones de euros (6.790 millones de dólares) antes de las elecciones, pero no dio más detalles.

A última hora del viernes, el gobierno de Orban amplió el alcance de la congelación de los tipos de interés a los contratos de arrendamiento de viviendas.

Orban dijo que la tensión entre Ucrania y Rusia y las dudas sobre el gasoducto Nord Stream 2, que enviaría gas natural a la Unión Europea desde Rusia, hacían que las perspectivas sobre la evolución de los precios de la energía fueran inciertas en los próximos meses.

Pero dijo que era probable que el entorno de alta inflación externa prevaleciera en un futuro previsible. (1 dólar = 0,8833 euros) (Reportaje de Anita Komuves y Gergely Szakacs Edición de Helen Popper y Jane Merriman)