Un proyecto de ley de servicios y mercados financieros (FSMB) está ante el Parlamento para su aprobación, dando a los reguladores financieros del Reino Unido poderes para modificar las normas heredadas de la Unión Europea, reformar las normas de capital para las aseguradoras e introducir el primer conjunto de normas británicas para las stablecoins.

Pero a los legisladores les preocupa que algunas disposiciones, como la de exigir a los reguladores que tengan en cuenta la competitividad de la City a la hora de redactar las normas, puedan perjudicar su independencia y desencadenar una "carrera a la baja".

Andrew Griffith, que se convirtió en ministro de Servicios Financieros y de la City el mes pasado, trató de aliviar estas preocupaciones, diciendo que no habría una "hoguera" de normas.

"Siento el mayor respeto por nuestros reguladores independientes. Tienen que hacer un trabajo muy difícil", dijo Griffith al comité selecto del tesoro del parlamento.

Griffith dijo que no quería que los ministros interfirieran en las decisiones reguladoras cotidianas.

Pero es necesaria una "válvula de seguridad" que permita a los ministros intervenir en caso de necesidad, y que se utilizaría "con moderación" y "en función de las políticas públicas", dijo Griffith.

No quiso detallar hasta dónde llegaría el poder de intervención para exigir a los reguladores que revisen una norma.

Esta cláusula de válvula de seguridad se introduciría en el proyecto de ley una vez que el ministerio finalice la redacción en las próximas semanas, dijo Griffith.

La primera ministra, Liz Truss, quiere una revisión de los reguladores financieros, lo que hace esperar una posible fusión de los organismos de control, pero Griffith dijo que se mantendría el actual sistema de regulación.

"Sí, esa es mi creencia y el resultado deseado. No busco la interrupción... mi objetivo es construir una relación de trabajo realmente buena con el regulador", dijo Griffith.

El gobierno tiene la intención de eliminar todas las normas de la Unión Europea que figuran en el estatuto para finales de 2023, con el fin de marcar una ruptura normativa limpia con el bloque tras el Brexit.

Algunas de las normas se trasladarían a los libros de normas financieras del Reino Unido, dijo Griffith.

"No hay ningún deseo de barrer con todo", dijo.

"No hay ningún deseo de divergir porque sí", añadió Griffith en referencia a alejarse de las normas de la UE.

El ministro de Finanzas británico, Kwasi Kwarteng, ha prometido ir más allá de la ley este mes al presentar una reforma "Big Bang 2.0".