Después de un 2020 agotador, en el que la pandemia del COVID-19 golpeó los precios del petróleo y obligó a Shell a recortar su dividendo por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, los resultados del grupo se recuperaron el año pasado, lo que le permitió aumentar la rentabilidad para los accionistas.

(1 dólar = 0,9039 euros)