"Soy una opción para estos caballos viejos, con discapacidades, amputados o tuertos que nadie quiere dar en adopción", dijo Melantoni a Reuters. "Se quedan conmigo desde que llegan hasta que fallecen".

Situado en la provincia de Buenos Aires, el refugio "Soñemos con la esperanza" ofrece un lugar a los caballos que no tienen otro hogar, explicó, y añadió que muchos habían sufrido terribles crueldades.

Un caballo, Baco, fue encontrado desnutrido y herido. "De agotamiento acabó cayendo en una zanja y los supuestos propietarios le golpearon y le rompieron la columna", dijo Melantoni, que trabaja en la judicatura durante la semana.

"Vemos crueldad humana a diario", dijo, aunque añadió que poder ayudar al caballo a vivir su vida con cierta comodidad era personalmente gratificante.

"Espero toda la semana para venir a verlos", dijo Melantoni. "Lo espero todo el tiempo. Llegar aquí y olerlos, abrazarlos, besarlos. Y luego, puedo irme tranquila y feliz y digo: ya está, eso me ha alegrado la semana".