El gas calienta los hogares, produce electricidad e impulsa las fábricas de toda Europa. La UE está abandonando gradualmente los combustibles fósiles causantes del cambio climático, pero por ahora Rusia le suministra el 40% de su gas y el 27% de sus importaciones de petróleo, una fuerte dependencia a la que la UE se comprometió a poner fin después de que Moscú invadiera Ucrania.

Estas son las medidas clave:

ENERGÍAS RENOVABLES, AHORRO DE ENERGÍA

Para acelerar el cambio ecológico, la Comisión Europea propuso que el 45% de la energía de la UE sea renovable para 2030, sustituyendo su actual propuesta del 40%. En 2020, la UE obtuvo el 22% de su consumo final bruto de energía de fuentes renovables como la eólica, la solar y la biomasa.

El objetivo más elevado haría que la capacidad de energía renovable de la UE se duplicara con creces hasta alcanzar los 1.236 gigavatios (GW) en 2030 y convertiría a la energía solar en la mayor fuente de electricidad del bloque. Para conseguirlo, Bruselas propuso una ley que permite obtener permisos simplificados de un año para algunos proyectos eólicos y solares, con el fin de desbloquear los retrasos de años a los que se enfrentan muchos proyectos.

Los países también estarían obligados a añadir paneles solares a los edificios comerciales y públicos a partir de 2025 y a las nuevas viviendas a partir de 2029 según las propuestas, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

La Comisión también propuso un objetivo jurídicamente vinculante más elevado para reducir el consumo energético de la UE en un 13% para 2030, frente al uso previsto, sustituyendo su actual propuesta del 9%. La UE está negociando leyes para renovar más rápidamente los edificios para que usen menos energía, y dijo que las acciones voluntarias como la reducción del uso de la calefacción y el aire acondicionado podrían recortar la demanda de gas en otro 5%.

Las propuestas legales necesitan la aprobación de los países de la UE y de los legisladores.

NUEVOS SUMINISTROS DE GAS, INFRAESTRUCTURAS

La Comisión dijo que los 155.000 millones de metros cúbicos de gas que Europa recibe de Rusia serán desplazados en su mayor parte por energías renovables y de baja emisión de carbono, y por el ahorro de energía, pero a corto plazo los países necesitan más combustibles fósiles no rusos.

La Comisión dijo que se necesitarían unos 12 nuevos proyectos de infraestructuras de gas y gas natural licuado para apartarse del gas ruso, sobre todo en los países centrales y orientales que dependen de los gasoductos de Rusia para obtener el combustible. Deberían poder funcionar con hidrógeno renovable en los próximos años para evitar socavar los objetivos climáticos, dijo.

Las empresas individuales -no la UE- son responsables de la compra de gas, pero Bruselas está lanzando un plan para que los países puedan comprarlo conjuntamente. Los expertos afirman que su puesta en marcha será compleja y podría ayudar a medio plazo, pero no en una crisis energética a corto plazo.

La preocupación por el suministro ruso ya ha desencadenado una carrera entre las empresas individuales para asegurar el suministro: las empresas de la UE han superado a los compradores asiáticos para reconstruir los niveles de almacenamiento de gas después del invierno a una velocidad récord, a pesar de que los precios del gas están por las nubes.

La UE también trabajará con los países en un plan de emergencia para reducir las industrias no esenciales de Europa, en caso de que Rusia interrumpa repentinamente el suministro de gas a Europa. Moscú cortó el suministro a Polonia y Bulgaria el mes pasado después de que se negaran a pagar el gas en rublos.

FINANCIACIÓN

En conjunto, los planes de la UE requerirán inversiones de 210.000 millones de euros para 2027 y de 300.000 millones para 2030. Eso incluye 10.000 millones de euros para infraestructuras de gas y 2.000 millones para proyectos de importación de petróleo no ruso, y el resto para energías limpias.

Esas inversiones incluyen 86.000 millones de euros para energías renovables y 27.000 millones para infraestructuras de hidrógeno, 29.000 millones para redes eléctricas y 56.000 millones para ahorro energético y bombas de calor.

El dinero provendría del fondo de recuperación COVID-19 de la UE, que contiene 225.000 millones de euros en préstamos no utilizados, y la Comisión pidió a los países de la UE que revisaran sus planes de gasto para el fondo para financiar las medidas. La Comisión venderá permisos adicionales del mercado del carbono de una reserva para recaudar 20.000 millones de euros más.