Anarquistas vestidos de negro libraron batallas callejeras con la policía durante varias horas en la capital francesa el jueves, saqueando un restaurante McDonald's, destrozando paradas de autobús y prendiendo fuego a montones de basura que se han acumulado durante las huelgas.

En Burdeos, en el corazón de una de las zonas vinícolas más conocidas de Francia y donde también se espera la visita del rey Carlos, los manifestantes incendiaron la entrada del ayuntamiento.

Los sindicatos han dicho que no cejarán en su lucha por obligar al presidente Emmanuel Macron a dar marcha atrás en el retraso de la edad de jubilación en dos años, hasta los 64 años. La próxima jornada de protestas callejeras en todo el país está prevista para el martes, durante la visita del rey Carlos.

"Estamos extremadamente concentrados. Estamos preparados para recibirle en excelentes condiciones", declaró el ministro del Interior, Gerald Darmanin, a la cadena de televisión CNews.

Una fuente del Palacio de Buckingham dijo que las protestas podrían afectar a la logística de la visita, la primera de Carlos desde que se convirtió en monarca.

Preguntado sobre si la visita del rey seguía en pie, el Palacio del Elíseo dijo que había que esperar a la conferencia de prensa de Macron tras la cumbre de líderes de la Unión Europea en Bruselas.

Macron esperaba que la visita del rey Carlos marcara un paso simbólico en los esfuerzos de los dos países por pasar página tras años de malas relaciones en la era post-Brexit.

En lugar de ello, la visita, si sigue adelante, corre el riesgo de convertirse en una enorme vergüenza.

La visita real incluye actos en la galería de arte del Museo de Orsay y en el monumento del Arco del Triunfo, así como un banquete de Estado, antes de que el rey viaje a Burdeos en tren.

La Presidencia francesa ha comunicado que aún se estaba ultimando el programa. Darmanin declaró a CNews: "El viaje no cambiará. No se cuestionan las etapas previstas de la visita".

El ministro aseguró que el Rey estaría seguro durante su visita, con un despliegue previsto de 4.000 policías. Pero no descartó "que pudiera haber, aquí y allá, un deseo por parte de algunos de poner de relieve reivindicaciones ecologistas radicales u objeciones a la contra reforma de las pensiones."

El alcalde de Burdeos, Pierre Hurmic, declaró que cancelar la visita del Rey a Burdeos no haría sino espolear a los anarquistas.

"¿Cancelar la visita del rey Carlos a Burdeos? No deseo hacer ese regalo a los alborotadores", declaró.