Ante el aumento del número de personas que cruzan el Mediterráneo en embarcaciones de contrabandistas, el gobierno conservador italiano ha instado a Bruselas a hacer más para reducir las llegadas irregulares.

"Túnez es un país clave para la estabilidad en el Mediterráneo y en el norte de África", declaró el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, a su llegada a Luxemburgo para participar en las conversaciones de la UE.

Dijo que esperaba un acuerdo entre Túnez y el Fondo Monetario Internacional, así como más inversiones de la UE.

Pero los países de la UE desconfían de apoyar al presidente Kais Saied, que ha cerrado el parlamento tunecino, ha hecho aprobar una nueva constitución que le otorga un amplio poder ejecutivo y ha reprimido tanto a los opositores políticos como a los inmigrantes africanos.

Saied rechazó este mes los términos de un rescate de 1.900 millones de dólares del FMI, sin el cual Túnez podría dejar de pagar su deuda externa. Los términos incluyen recortes en los subsidios alimentarios y energéticos y una reducción de la masa salarial pública.

"Por supuesto que necesitamos reformas en Túnez", dijo Tajani. "Tenemos que empezar con la financiación, luego esperar a las reformas y después avanzar con (más) financiación".

La agencia de fronteras de la UE, Frontex, señaló la volatilidad política en Túnez como una de las razones por las que las llegadas por mar a Italia y Malta desde Túnez y Libia en el primer trimestre se triplicaron respecto al año anterior, hasta superar las 27.500.

La represión de Saied contra los inmigrantes procedentes de más al sur ha desencadenado una peligrosa carrera para salir en embarcaciones de contrabandistas. Los problemas económicos también han empujado a más tunecinos a intentar emigrar.

La semana pasada, el líder de la oposición Rached Ghannouchi fue detenido y acusado de conspirar contra la seguridad del Estado.

No se esperaban decisiones de los ministros el lunes. Un alto diplomático implicado en la preparación de la reunión, que declinó ser nombrado, dijo que Túnez presentaba un enigma:

"No queremos que este país se hunda - eso tendría múltiples consecuencias negativas, incluso sobre la migración. Tenemos que encontrar alguna forma de ayudarles.

"Al mismo tiempo, no podemos ignorar la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho. Porque eso acabaría desestabilizando el país y se obtendría el mismo resultado que se intenta evitar".

El máximo responsable de migración de la UE visitará Túnez a finales de esta semana, junto con los ministros francés e italiano, mientras que los ministros belga y portugués le seguirán del 9 al 11 de mayo.