El primer ministro japonés, Fumio Kishida, habló el martes en una reunión ministerial sobre la necesidad de revisar la estrategia del hidrógeno, que se trazó por primera vez en 2017, y acelerar el desarrollo de las cadenas de suministro.

Citando las inversiones masivas en hidrógeno de Estados Unidos y Europa, Kishida dijo que Japón acelerará el despliegue de las cadenas de suministro en cooperación con Australia, Oriente Medio y Asia.

El país, pobre en recursos, también avanzará en el desarrollo de la regulación y el apoyo nacionales, dijo Kishida.

El ministerio de Industria pretende completar los nuevos planes en unos dos meses, incluyendo una inversión de 15 billones de yenes (113.000 millones de dólares) a lo largo de 15 años en los sectores público y privado, ya que aspira a liderar el establecimiento de normas mundiales para este combustible más limpio, según declaró a la prensa un funcionario del ministerio.

El objetivo actual de Japón es aumentar el suministro anual de hidrógeno a unos 3 millones de toneladas en 2030 desde los 2 millones de toneladas actuales, que utilizan principalmente las refinerías de petróleo, y ampliar la cifra a 20 millones de toneladas en 2050, según el ministerio.

El hidrógeno se ha promocionado como una alternativa limpia a los combustibles fósiles y las principales industrias, como la energética, la siderúrgica y la química, están estudiando cómo pasarse al hidrógeno para reducir las emisiones de carbono.

Su huella de carbono depende de la fuente de energía utilizada para producirlo mediante electrólisis para dividir el agua.

Este combustible, junto con el amoníaco, desempeña un papel importante para ayudar a Japón a cumplir su objetivo de ser neutro en carbono para 2050.

(1 dólar = 132,6500 yenes)