La OPEP se ha resistido a los llamamientos de Estados Unidos y de la Agencia Internacional de la Energía para que bombee más crudo con el fin de enfriar los precios, que alcanzaron el mes pasado el máximo de los últimos 14 años después de que Washington y Bruselas impusieran sanciones a Moscú tras su invasión de Ucrania.

La OPEP+, formada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y otros productores, incluida Rusia, aumentará la producción en unos 432.000 barriles diarios en mayo.

La reunión entre la UE y la OPEP del lunes por la tarde es la última de un diálogo iniciado entre ambas partes en 2005.

Hasta ahora, el petróleo ruso ha quedado excluido de las sanciones de la UE. Pero después de que el bloque de 27 países acordara la semana pasada sancionar el carbón ruso -su primera medida dirigida a los suministros energéticos- algunos altos funcionarios de la UE dijeron que el petróleo podría ser el siguiente.

La Comisión Europea está elaborando propuestas para imponer un embargo petrolero a Rusia, dijeron el lunes los ministros de Asuntos Exteriores de Irlanda, Lituania y los Países Bajos, a su llegada a una reunión con sus homólogos de la UE en Luxemburgo.

Australia, Canadá y Estados Unidos, que dependen menos del suministro ruso que Europa, ya han prohibido las compras de petróleo ruso.

Los países de la UE están divididos sobre si deben seguir su ejemplo, dada su mayor dependencia y la posibilidad de que la medida haga subir los ya elevados precios de la energía en Europa.

La UE espera que su consumo de petróleo se reduzca en un 30% para 2030, respecto a los niveles de 2015, en virtud de sus políticas previstas para luchar contra el cambio climático, aunque a corto plazo, un embargo desencadenaría una carrera para sustituir el petróleo ruso por suministros alternativos.