La población de rinocerontes de África ha sido diezmada durante décadas para alimentar la demanda de cuerno de rinoceronte, que, a pesar de estar hecho de la misma materia que el pelo y las uñas de rinoceronte, es apreciado en Asia oriental como supuesta medicina y como joya.

El portavoz del Ministerio de Medio Ambiente, Bosques y Turismo, Romeo Muyunda, declaró que los cazadores furtivos mataron a 61 rinocerontes negros y 26 blancos principalmente en el mayor parque de Namibia, Etosha, donde se encontraron 46 rinocerontes muertos.

"Observamos con gran preocupación que nuestro parque insignia, el Parque Nacional de Etosha, es un punto caliente de caza furtiva", declaró Muyunda, y añadió que el ministerio y las fuerzas del orden han intensificado los esfuerzos contra los delitos contra la fauna salvaje en el Parque Nacional de Etosha para frenar la caza furtiva.

La caza furtiva de rinocerontes ha asolado el sur de África durante décadas, especialmente en las vecinas Sudáfrica y Botsuana, lo que ha dado lugar a programas de lucha contra la caza furtiva, que incluyen una estricta vigilancia policial y el descornado, o eliminación de los cuernos de los rinocerontes como forma de desalentar la caza furtiva.

Sin embargo, la caza furtiva de elefantes en Namibia ha disminuido a lo largo de los años, pasando de un máximo de 101 en 2015 a un mínimo de cuatro elefantes cazados furtivamente el año pasado.