Según el último informe de actualización económica de Somalia, podría alcanzarse una previsión de crecimiento del PIB del 3,6% en 2023 y del 3,7% en 2024.

Esto se alcanzaría si, el próximo año, la demanda se recupera, la mayoría de las perturbaciones que actualmente arrastran la recuperación se disipan y el consumo y la inversión repuntan, junto con un crecimiento más rápido de los socios comerciales de Somalia.

Tras cuatro temporadas de lluvias fallidas, Somalia está sufriendo su peor sequía en cuatro décadas, que afecta a unos 7,8 millones de personas, según los grupos de ayuda.

La crisis humanitaria está llevando al país al borde de la hambruna, con grandes desplazamientos de personas que abandonan sus hogares en busca de alimentos, agua y pastos para su ganado, dijo el Banco Mundial en un comunicado.

La situación se ve agravada por la guerra en Ucrania, que ha hecho subir los precios mundiales de los alimentos y del petróleo, lo que está afectando desproporcionadamente a los pobres y ampliando la desigualdad.

"Dados los recurrentes choques climáticos a los que se enfrenta Somalia, las perspectivas de crecimiento a medio plazo siguen siendo muy inciertas, y los argumentos para invertir en protección social son más fuertes", dijo Kristina Svensson, directora del Banco Mundial para Somalia.

Un asalto por parte de milicianos aliados de Al Qaeda a un hotel fuertemente custodiado en la capital durante el fin de semana puso de manifiesto la capacidad que sigue teniendo el grupo Al Shabaab para organizar ataques mortales, a pesar de una serie de victorias en el campo de batalla por parte de las fuerzas gubernamentales y sus aliados.