Los expertos del instituto afiliado a los sindicatos pronosticaron un crecimiento del 0,7% para la mayor economía europea en 2024, bastante más pesimista que su previsión de primavera de un crecimiento del 1,2% y más cauto que otros institutos económicos alemanes como el Ifo, que espera un crecimiento del 1,4%.

Para 2023, el IMK prevé una contracción de la economía del 0,5%.

"La economía alemana, debilitada por las sacudidas de los precios de la energía, no se pondrá realmente en marcha en los próximos meses, ya que los elevados tipos de interés y la debilidad de la economía mundial ponen el freno", afirma el IMK.

Aunque el consumo privado se recuperará a partir de finales del tercer trimestre debido al descenso de la inflación y a unos aumentos salariales más fuertes, "esta evolución positiva llega tan tarde que sólo puede mitigar algo la recesión en 2023 en su conjunto, no evitarla", según el IMK.