La subida, que supuso el décimo mes consecutivo de incremento, añade presión a las empresas para que trasladen los mayores costes a los hogares, lo que podría hacer subir la inflación al consumidor en los próximos meses, según los analistas.

El índice de precios de los bienes corporativos (IPC), que mide los precios que las empresas se cobran entre sí por los bienes y servicios, subió un 8,5% en diciembre respecto al año anterior, según mostraron los datos del Banco de Japón (BOJ).

Fue el segundo ritmo histórico más rápido desde el repunte récord del 9,2% en noviembre y se comparó con la previsión media del mercado de un aumento del 8,8%.

La subida interanual de los precios al por mayor podría empezar a ralentizarse en los próximos meses a medida que se estabilicen los precios de los combustibles y de algunas materias primas, según los analistas. En comparación con noviembre, los precios al por mayor cayeron un 0,2% en diciembre, lo que supone la primera caída en más de un año.

Pero las persistentes presiones de los costes, unidas a la debilidad del yen, que infla el precio de los bienes importados, se suman al dolor para la tercera economía del mundo, que está saliendo de una depresión del consumo causada por la pandemia del coronavirus.

"Los precios de las materias primas se mantienen en niveles elevados, por lo que los precios de los bienes finales seguirán sufriendo presiones al alza", dijo Toru Suehiro, economista senior de Daiwa Securities.

"La inflación impulsada por los costes no remitirá pronto, dado el importante impacto de la debilidad del yen", dijo.

Aunque Japón no ha sido inmune al impacto del aumento de la inflación de las materias primas, las empresas se han mostrado cautelosas a la hora de repercutir los costes más elevados en los consumidores por temor a que los hogares sensibles a los costes puedan frenar el gasto.

Pero recientemente ha habido señales de cambio, ya que la encuesta empresarial trimestral "tankan" del Banco de Japón muestra un aumento en el número de empresas que perciben subidas en los precios minoristas.

Las expectativas de inflación de las empresas y los hogares también han subido a máximos de varios años, en una señal de cambio en la percepción pública de que la deflación persistirá.

Los datos serán uno de los factores que el Banco de Japón examinará en la revisión de los tipos de interés la próxima semana. Fuentes han dicho a Reuters que se espera que el banco central revise al alza su previsión de inflación al consumo para el año que comienza en abril, en las nuevas previsiones trimestrales que se presentarán en la reunión.

Los analistas encuestados por Reuters esperan que los precios de consumo básicos hayan subido un 0,6% en diciembre con respecto al año anterior, la cifra más alta en casi dos años, pero muy por debajo del objetivo del 2% del Banco de Japón.