Los precios al consumo en Suecia, medidos con un tipo de interés fijo, subieron un 0,1% en marzo respecto al mes anterior y se situaron en el 2,2% respecto al mismo mes del año pasado, el nivel más bajo desde julio de 2021.

Excluyendo los volátiles precios de la energía, la inflación fue del 2,9% interanual. Las medidas se situaron muy por debajo de las previsiones tanto del Riksbank como de los analistas encuestados por Reuters.

"La posibilidad de un recorte en mayo por parte del Riksbank ha aumentado significativamente", declaró Lars Kristian Feste, responsable de renta fija de Ohman Funds.

En su reunión más reciente, el Riksbank mantuvo sin cambios su tipo de interés básico en el 4,00%, pero dijo que si la inflación seguía desacelerándose había muchas posibilidades de que empezara a recortar los tipos en mayo.

El crecimiento en muchas partes de la economía se ha estancado, el desempleo está aumentando y muchos hogares están luchando con pagos hipotecarios más altos después de ocho subidas de tipos en dos años.

Sin embargo, los responsables de fijar los tipos siguen preocupados por la debilidad de la corona sueca, que podría sufrir un castigo mayor si se retrasan los recortes de tipos del Banco Central Europeo y de la Reserva Federal estadounidense.

Los datos del miércoles mostraron que la inflación de los precios al consumo en EE.UU. fue más fuerte de lo esperado e hizo tambalearse a la corona sueca.

El Riksbank había previsto una inflación general del 2,7% anual. Excluyendo los volátiles precios de la energía, la medida en la que más se está centrando actualmente el Riksbank, la inflación se situó en el 3,3%.

Los economistas de una encuesta de Reuters preveían un 2,6% y un 3,2%, respectivamente. En febrero, la inflación general fue del 2,5% y, excluyendo la energía, la inflación fue del 3,5%.

El Riksbank prevé tres recortes de tipos este año, con una probabilidad aproximada del 50% de que el primero se produzca en mayo o junio.

El Riksbank anuncia su próxima decisión política el 8 de mayo.