El índice de sentimiento económico del instituto se mantuvo en territorio negativo en -8,5 puntos, frente a los -10,7 puntos de mayo. Un sondeo de Reuters había apuntado a una lectura en junio de -13,1.

"Los expertos no prevén una mejora de la situación económica durante la segunda mitad del año", declaró Achim Wambach, presidente del ZEW.

La mejora se produjo después de tres meses consecutivos de descenso, y mientras Alemania lucha con retos económicos más persistentes después de haber esquivado inicialmente una muy temida crisis energética en el invierno 2022/23.

La mayor economía de Europa entró en recesión en el primer trimestre de este año, ya que el gasto de unos consumidores golpeados por la inflación no logró compensar otros vientos en contra, como el abrupto fin de las importaciones rusas de energía tras la invasión de Ucrania.