La actividad de las fábricas chinas se expandió a un ritmo más lento en septiembre, según mostró el domingo una encuesta del sector privado, en la que la atonía de la demanda externa lastró las perspectivas incluso a pesar del aumento de la producción.

El índice de gestores de compras (PMI) manufacturero Caixin/S&P Global cayó a 50,6 en septiembre desde los 51,0 del mes anterior, incumpliendo las previsiones de los analistas de 51,2. La marca de 50 puntos del índice separa el crecimiento de la contracción.

La segunda economía mundial muestra algunos signos de estabilización tras una oleada de modestas medidas políticas, pero las perspectivas se ven empañadas por el desplome inmobiliario, la caída de las exportaciones y el elevado desempleo juvenil.

La encuesta llega un día después de que China publicara su PMI oficial, que mostró que la actividad de las fábricas se expandió por primera vez en seis meses en septiembre, lo que se suma a la racha de indicadores que sugieren que la economía ha empezado a tocar fondo.

Según el PMI Caixin, la producción de las fábricas y los nuevos pedidos se mantuvieron en territorio expansivo en septiembre, sin embargo, la demanda externa siguió siendo débil y el índice de pedidos de exportación se contrajo por tercer mes consecutivo.

"La recuperación económica aún no ha encontrado una base sólida, con una demanda interna insuficiente, incertidumbres externas y presión sobre el mercado laboral", declaró Wang Zhe, economista jefe de Caixin Insight Group.

La confianza de los propietarios de fábricas para el próximo año alcanzó su nivel más bajo en 12 meses. Los productores de bienes de consumo, de inversión e intermedios recortaron personal, según mostró la encuesta.

Los costes de los insumos subieron al ritmo más rápido desde enero, debido al aumento de los precios de los productos químicos, el crudo y los metales industriales.

Los responsables políticos chinos se enfrentan a la ardua tarea de reactivar el estancado crecimiento económico, y los analistas piden medidas más agresivas además del apoyo poco sistemático de los últimos meses.

"La aplicación y la eficacia de las políticas de estabilización económica deberían ser el próximo foco de atención", afirmó Wang. "Puede ser necesario un mayor esfuerzo para aumentar el empleo y los ingresos".

Para apoyar el crecimiento, el banco central recortó en septiembre la cantidad de efectivo que los bancos deben mantener como reservas.

"No prevemos un estímulo fiscal o monetario sustancial por parte de las autoridades chinas en los próximos meses", afirmó S&P Global Ratings en una nota de investigación. "Mientras que un estímulo político apagado significa más dolor en el almacén para las corporaciones y los bancos, también demuestra que China continúa alejándose del crecimiento improductivo alimentado por la deuda".

Un PMI separado publicado por Caixin/S&P Global el domingo mostró que la actividad de los servicios de China se expandió al ritmo más lento de este año en septiembre. (Reportaje de Liangping Gao y Ryan Woo; Edición de Sam Holmes)