LEÓPOLIS, UCRANIA, 15 mar (Reuters) - La superficie sembrada con las cosechas de cereales de primavera de 2022 en Ucrania podría caer un 39%, hasta los 4,7 millones de hectáreas, debido a la invasión militar de Rusia, según informó el martes la consultora agrícola APK-Inform.

Ucrania es uno de los principales productores y exportadores mundiales de cereales y aceites vegetales, pero tanto autoridades como agricultores prevén un descenso de la cosecha de 2022 y de las exportaciones debido a la guerra.

El país, que cosechó un récord de 86 millones de toneladas de grano en 2021, sembró 7,7 millones de hectáreas de cereales de primavera el año pasado.

"Después de la invasión de las tropas rusas en el territorio de Ucrania y como resultado de los enfrentamientos en curso y todavía más activos en muchas regiones clave, no hay oportunidad física para comenzar a sembrar", dijo APK-Inform en un informe.

La consultora no ofreció una previsión de cosecha de grano para 2022.

También dijo que alrededor de 2 millones de hectáreas de trigo de invierno, cebada y centeno sembradas para la cosecha de 2022 podrían resultar dañadas o no estar disponibles para la cosecha debido a los enfrentamientos, y que sólo podrían trillarse alrededor de 5,5 millones de hectáreas de cultivos de cereales de invierno.

"Esto supone un 28% de pérdidas", afirma la consultora.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, declaró la semana pasada que el país debe sembrar el mayor número posible de cosechas esta primavera pese a la invasión rusa.

El sindicato de productores agrícolas del país ha declarado que es probable que los agricultores reduzcan la superficie sembrada con semillas de girasol, colza y maíz este año, sustituyéndolas por cereales: trigo sarraceno, avena y mijo.

Ucrania suele comenzar las labores de campo de primavera a finales de febrero o en marzo, pero la fría primavera de este año ha retrasado considerablemente este proceso.

Ante la invasión, Ucrania ya ha suspendido las exportaciones de centeno, avena, mijo, trigo sarraceno, sal, azúcar, carne y ganado, y ha introducido licencias para la exportación de trigo, maíz y aceite de girasol.

(Reporte de Pavel Polityuk; edición de Kirsten Donovan; traducción de Flora Gómez)