Una guerra de nueve meses en Sudán, que ahora se enfrenta a la mayor crisis de desplazados del mundo, ha devastado la infraestructura del país y ha provocado advertencias de hambruna.

Los intentos de poner fin al conflicto mediante negociaciones, lideradas por Estados Unidos y Arabia Saudí, no han llegado hasta ahora a nada y los acuerdos previos para proteger a los civiles han sido incumplidos.

Con la firma de la llamada Declaración de Addis Abeba, que pretende servir de base para nuevas negociaciones y un acuerdo político, la RSF ha asumido su compromiso más claro para poner fin a la guerra hasta el momento.

"Si el ejército viniera con este mismo documento, lo firmaría inmediatamente", dijo el líder del RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, sobre la declaración, que también incluye compromisos para devolver a millones de desplazados a sus hogares, crear pasos seguros e incluir a los civiles en las conversaciones de paz.

Pero dado que la RSF, acusada por Estados Unidos de crímenes contra la humanidad, ha ido ganando terreno en las últimas semanas, no está claro hasta qué punto Dagalo pondrá en práctica los compromisos de la declaración. El martes se disculpó por las violaciones y ha dicho que se tratará con los actores deshonestos.

Aunque la RSF ha publicitado el regreso de la policía y los mercados en algunas zonas bajo su control, los residentes y los observadores de los derechos humanos afirman que los soldados han ocupado y saqueado viviendas y detenido y a veces matado a civiles.

Mientras tanto, el fuego de artillería entre ambos bandos en la capital, Jartum, se ha intensificado en los últimos días.

El ejército, que ha lanzado amplios ataques aéreos, también ha sido acusado de crímenes de guerra por Washington, lo que éste niega.

No estaba claro de inmediato si el ejército, gran parte del cual es hostil al movimiento sudanés pro democracia y lo acusa de estar aliado con la RSF, acogería con satisfacción la declaración.

Dagalo, conocido como Hemedti, negó tal alianza.

"Hemos invitado a los dirigentes de las fuerzas armadas. Esperamos, deseamos que respondan positivamente a nuestra invitación", declaró el líder de la coalición Taqadum y ex primer ministro Abdalla Hamdok.

Hamdok fue derrocado por la RSF y el ejército sudanés en un golpe de estado conjunto en octubre de 2021.

Aunque Hemedti y el jefe del ejército Abdel Fattah al-Burhan han aceptado una invitación del organismo regional IGAD para celebrar una reunión, ésta aún no se ha materializado, alegando Hemedti problemas de su parte.

La guerra se desencadenó por una disputa entre las dos fuerzas, que tomaron el poder en 2019 tras derrocar a Omar al-Bashir, sobre su integración, a la que llama la nueva declaración.

"Creo que no hay forma de que Sudán siga siendo un país pacífico si tenemos esta multiplicidad de ejércitos. Así que el objetivo es tener un solo ejército", declaró Hamdok a Reuters.